viernes, 4 de mayo de 2018

Bioética - Corrientes y fundamentación antropológica-ética, ser humano-persona


“La bioética es el estudio sistemático e interdisciplinar de las acciones del hombre sobre la vida humana, vegetal y animal, considerando sus implicaciones antropológicas y éticas, con la finalidad de ver racionalmente aquello que es bueno para el hombre, las futuras generaciones y el ecosistema, para encontrar una posible solución clínica o elaborar una normativa jurídica adecuada”

a) Es un estudio sistemático, por esto merece el estatus de disciplina, no el de ciencia, porque la bioética pertenece a una disciplina más amplia que es la ética. La bioética es una ética aplicada a la ciencia y a la vida en general.
b) Interdisciplinar en la medida en la que intervienen en ella muchas otras disciplinas, no sólo la medicina o las ciencias biosanitarias sino también el derecho, la política, la economía, la filosofía, etc. Para hablar de una disciplina es necesario determinar su objeto material y su objeto formal. Por objeto entendemos qué estudia esa ciencia o disciplina; y por objeto formal entendemos bajo qué punto de vista lo estudia.
c) El objeto material de la bioética son las acciones del hombre sobre la vida in genere; en cambio, su objeto formal es desde la perspectiva ética, para ver si estas acciones son buenas y hacen al hombre mejor, o por contrario, le producen un daño a él, a la humanidad y a las generaciones futuras. Es importante señalar que cuando hablamos de las acciones del hombre sobre la vida en general, entendemos por ella vida vegetal, animal y humana. Es más, extendería también este estudio hasta las acciones sobre el medioambiente en general, es decir, sobre todo aquello que en un futuro puede incidir sobre el desarrollo de la vida humana y de las generaciones futuras. 
d) No sólo hemos de mirar las implicaciones de nuestras acciones sobre las condiciones actuales de la vida humana y del planeta, la bioética debería tener en cuenta también un concepto de responsabilidad a largo plazo, para los seres humanos actuales y para las generaciones futuras.
e) La finalidad de la bioética no es sólo reflexionar sino fundamentalmente encontrar criterios, normas o principios que guíen el obrar del hombre respecto a la vida y elaborar leyes adecuadas que permitan el desarrollo y el progreso de la humanidad

Respecto a la relación entre antropología y ética: según el concepto de hombre que se tenga se tendrá una ética distinta.
Perspectiva materialista:
- Tenderá a valorar las acciones del hombre teniendo en cuenta los aspectos científicos, pragmáticos y útiles, los puramente materiales. 
- Esta perspectiva es la que predomina por ejemplo en la bioética del Reino Unido. 
- Es coherente y lógico con la tradición empirista y las influencias del utilitarismo de Stuart Mill, por eso las conclusiones de su bioética son obviamente materialistas y pragmático-utilitaristas.
Impronta clásica y personalista
- Fundamentación ontológica. 
- Elio Sgreccia o de F. D’Agostino, en Italia. 
- Tendrán como centro el bien de la persona y el bien común entendiendo a la persona como unidad dual de alma y cuerpo.

Concepto de hombre (visión antropológica) que subyace en la bioética:
a) Materialismo / reduccionismo biologicista / funcionalismo:
- afirma que el hombre se reduce a su materia genética o biológica, a su cuerpo. 
- Reducir lo que es el hombre sólo y exclusivamente a algo material.  
- Esta posición está sostenida por autores en bioética como Peter Singer o H.T. Engelhardt jr, que reducen al hombre a la actividad neurológica y a la conciencia, a saber, a la mera cantidad material, al número de conexiones neuronales y a su funcionamiento. 
- Son materialistas todos los monismos funcionalistas o aquellas versiones que explican al hombre en virtud de la capacidad de realizar ciertas funciones vitales.
b) Dualismo interaccionista
- El hombre es un dualismo de materia y espíritu, que siendo dos sustancias completamente distintas interaccionan entre sí. 
- Sostenida por Platón y Descartes, deja sin explicación exhaustiva el cómo se unen esas dos realidades. 
c) Unidad-dual:
- Ancla sus raíces en la filosofía aristotélica, después asimilada por Santo Tomás de Aquino y actualizada por autores contemporáneos. 
- El hombre no es sólo su materia corpórea sino que es “unidad-dual” de cuerpo material y ser inmaterial o alma, entendida esta última en su sentido filosófico, como principio de vida.

Por otro lado, en bioética se habla mucho de la persona, de su dignidad y respeto, de los derechos y deberes de la misma pero al mismo tiempo asistimos a una disociación de la corporeidad respecto al ser de la persona, hasta el punto de afirmar que la identidad personal no es primera y fundamentalmente corpórea. Han surgido filosofías elaboradas ad hoc para sostener intereses prácticos concretos.
Relación cuerpo-persona, ser humano-persona, podemos observar dos posiciones antropológicas fundamentales y antitéticas:

1) Separación entre el cuerpo y la dimensión personal.
- El cuerpo no expresa la persona sino que en algunos momentos este es sólo material biológico. 
- El ser humano empieza a existir con un “cuerpo biológico” que después deviene persona, y paralelamente, primero deja de existir como persona y después como ser biológico u organismo viviente (P. Singer). Según esta teoría el embrión sería un “ser biológico de nuestra especie” que deviene persona posteriormente, y al mismo tiempo, puede dejar de existir la persona (individuo no consciente o en coma) y quedarse como ser biológico que dejaría de existir posteriormente. Esta perspectiva presenta numerosas incongruencias, por ejemplo, nos podríamos preguntar: ¿en qué momento se verificaría el paso del “cuerpo biológico”  al ser persona, y del ser persona al ser “cuerpo biológico”? Efectivamente, los autores que tienen esta posición afirman que dicho paso se produce en distintos momentos. Para algunos es en el momento de la anidación, para otros cuando comienza a tener las estructuras neuronales, para otros cuando tiene conciencia o uso de razón. Ante tal situación lo único que cabe hacer es establecer un consenso o acuerdo. 
- Todas estas posiciones en las que hay una "cosificación" del cuerpo biológico en las fases iniciales, finales o marginales de la existencia humana (el cuerpo no individuado, no racional, no consciente de sí), nos hablan de una visión cientifista de la corporeidad. Esta visión piensa que la perspectiva descriptiva de la ciencia es la única y excluye todo lo que no sea constatado científicamente. Pero el responder a la pregunta ¿cómo es el cuerpo? (descripción de la ciencia) no responde a otra pregunta más profunda ¿qué es el cuerpo? Ellos afirman: hay cuerpos que no son personas, que ya no lo son o que no lo serán nunca.
- Reducción del cuerpo a una dimensión cuantitativa y la persona es una calificación resultado de una cantidad que puede existir o no existir según la evolución de ese cuerpo humano.
- Hace la visión funcionalista de la subjetividad que afirma que son personas aquellas que se relacionan, que sienten, que razonan, que son conscientes.
- Tanto el funcionalismo como el cientifismo tienen en su raíz la escisión cartesiana entre cuerpo-objeto y persona-sujeto. Por tanto no serían personas ni los embriones, ni los fetos, ni los anencéfalos, ni los dementes, ni las personas en coma o los que están en estado vegetativo persistente...
- Aquellos que consideran que la vida humana personal es distinta de la vida humana biológica llegan a las siguientes consecuencias: 
  • Intrumentalización del cuerpo: si el cuerpo es pura materia, pura cantidad mecánica, este no pone ninguna norma intrínseca, no es vínculo para obrar con él de una determinada manera u otra. De esta manera la autonomía de la persona es regla última y norma del obrar. Es lapidaria la afirmación de H.T. Enghelhardt jr.: “estos cuerpos, no siendo ya de ninguna persona o de una mente, al menos en términos laicos generales, deberían considerarse como cadáveres biológicamente vivos, y en este sentido privados de valor y derechos”.
  • b) De todo esto se deriva una desprotección total de estos “cuerpos biológicos”. Hay unos derechos del sujeto sobre todo cuerpo, puede hacer con él lo que quiera: venderlo, manipularlo, modificarlo. De ahí que el embrión pueda ser manipulado, vendido, eliminado, etc.
  • c) La licitud en el plano ético y jurídico. Los derechos son distintos, es lícito el infanticidio, la eutanasia, la eugenesia, entre otros.

2) NO Separación entre el cuerpo y la dimensión personal. 
- La dimensión biológico-corpórea es ya una manifestación de la persona.
- El cuerpo del hombre, y por tanto de la persona, comienza a existir en el momento en el que se produce la fecundación entre dos gametos. Es en ese momento cuando comienza el individuo biológico, a saber la persona. No hay otro momento u otra distinción para ser persona sino el pertenecer a la especie homosapiens.
- Existen dimensiones no mensurables, no empíricas. La persona posee una dimensión inmaterial, unida inseparablemente al cuerpo. 
- El cuerpo biológico es el mismo tanto en el inicio como en sus fases posteriores (continuidad del ser).
- Todo ser humano es persona.

Ser persona tiene un valor normativo, bioético y jurídico. Si se distinguieran cuerpos humanos vivos y personas se enchufaría la máquina de las discriminaciones. ¿Quién y cuándo establecería en qué momento un cuerpo humano pasa a ser persona o viceversa? La situación paradójica en la que caeríamos sería absurda. En cambio, hay una igualdad simétrica entre todos los hombres. El dualismo cuerpo-persona plantearía serias objeciones a los derechos humanos. El cuerpo humano, cualquiera que sea su fase de desarrollo, manifestación, etc. debe ser protegido, tutelado, como “lugar” donde vive la persona y como fuente de normatividad y responsabilidad. La bioética tiene el deber de defender la igualdad entre hombres cualquiera que sea su cuerpo ya que introducir diferencias sería el desmoronarse del edificio de una convivencia pacífica. La tutela del cuerpo, que al principio es imperceptible y al final es débil por parte de la comunidad de personas, es el fundamento de toda posibilidad de una ética y de un derecho.
En síntesis, la corporeidad debe ser considerada además de relacionalidad originaria, como una unidad somática e integral con una organicidad entre sus partes y una direccionalidad intrínseca, como categoría fundamental en todo ser humano. Para su comprensión última no basta la interpretación fenomenológica de la misma sino que es necesario afirmar unos principios metafísicos intrínsecos a toda corporeidad como son la unidad del ser vivo, el acto y la potencia de sus funciones, la existencia de cambios accidentales y funcionales y la permanencia de la sustancia. No se puede reducir la persona a la realización actual de sus funciones.

Corrientes en bioética
En la bioética contemporánea encontramos una amplia gama de teorías que varían debido a razones circunstanciales, a tradiciones filosóficas distintas o simplemente a intereses económicos. Analizaremos brevemente cuáles son las más significativas o las que mayor influencia han tenido en debate bioético.

a) Principalismo: 
- En el año 1979 dos norteamericanos, T. L. Beauchamp y J. Childress, que habían formado parte la Comisión que elaboró el Informe Belmont, hablaron por primera vez de los principios que debían regir la toma de decisiones en bioética en su volumen "Principles of biomedical ethics". Estos cuatro principios, constituyen el núcleo teórico de la llamada bioética principialista, son: 
- principio de autonomía, no maleficencia, beneficencia y justicia
- "Un principio de respeto a la autonomía requiere que las personas estén capacitadas para ordenar sus valores y creencias y para actuar sin intervenciones controladoras de otros. Incluso si existe un riesgo que a los demás les pueda parecer temerario, este principio exige la no interferencia y el respeto a las opciones autónomas de otras personas. Por ejemplo, los pacientes autónomos e informados tienen derecho a decidir que la intervención médica para evitar la muerte es inaceptable; estos pacientes tienen derecho a negarse a seguir siendo tratados, incluso a una muerte segura. Sin embargo, dichos derechos no siempre tienen una autoridad absoluta, y por ello pueden, en principio, encontrarse razones que justifiquen una intervención”[Beauchamp TL. “Methods and principles in biomedical ethics”, en J Med Ethics 29 (2003): 269-274.].
- La propuesta de Beauchamp y Childress predominó hasta los años noventa en que Clousert y Gert publicaron un artículo en el que criticaban el principialismo. La razón fundamental de la crítica era que no ofrecían una tabla de principios jerárquica y convincente. A raíz de las críticas los autores modificaron su obra. No obstante, les han dirigido otras críticas, como por ejemplo, la ausencia de una teoría antropológica que sustente los principios y que ofrezca una posible vía de solución en caso de conflicto entre dos principios.

b) Principalismo moderado: 
- El Principialismo moderado de Diego Gracia, expuesto en su volumen Fundamentos de Bioética. Este autor, Catedrático de Bioética en la Universidad Complutense de Madrid, es el que más influencia ha tenido en España y en países de habla hispana.
- Jerarquiza los principios distinguiendo dos de rango superior (no-maleficencia y justicia) y dos de rango inferior (beneficiencia y autonomía).
- No dedica espacio a la fundamentación antropológica y la mayoría de sus alumnos optan por una ética de carácter deliberativo, en algunas ocasiones arbitraria, conflictiva y en gran parte llegan a conclusiones relativistas.

c) Utilitarismo y funcionalismo:
- De raíz empirista, materialista y basado en las teorías de Bentham y Stuart Mill. 
- Considera que es bueno aquello que produce el mayor bienestar y beneficio para el mayor número de personasSe realiza un cálculo costo-beneficio y el resultado práctico es lo que se decide.
- Generalmente está asociado a la visión funcionalista, como la de P. Singer: para Singer el fundamento del ser persona es la capacidad de tener conciencia, por lo tanto, existe la distinción entre ser humano y persona. Sería ser humano todo ser vivo de la especie homo sapiens sapiens, mientras que sería persona sólo aquel ser humano capaz de realizar actos de razón. Esto significa que ni el embrión, ni el feto, ni el anencéfalo, ni el individuo en coma, ni el enfermo con grave discapacidad, son personas. Esta concepción antropológica, seguida de un razonamiento meramente pragmático, hace que la posición de P. Singer derive hacia posiciones liberales en las que está permitida la eugenesia, la eutanasia, el aborto, entre otros.

c) Contractualismo:
- Sigue la tradición empirista y hobbesiana (Thomas Hobbes: "El lobo es un lobo para el hombre"), y ante la imposibilidad de llegar a una ética universal, la única posibilidad remanente es el consenso y el contrato social en bioética.
- El autor más representativo de esta posición es H.T. Engelhardt jr. Para él la única fuente de autoridad es el consenso pues cualquier otra argumentación es débil y no hay posibilidad de establecer principios de carácter universal.

d) Ética de mínimos:
- es una forma del contractualismo de Engelhardt. Se basa en el mismo supuesto: ante la imposibilidad de establecer principios con validez universal, sólo nos queda acordar una “ética de mínimos” que todos compartamos y que sea el fundamento de la convivencia.
- En España, la autora más importante de esta corriente es Adela Cortina en la Universidad de Valencia, con ella Victoria Camps en la Universidad Autónoma de Barcelona y Javier Sádaba en la Universidad Autónoma de Madrid.
- Uno de los límites de esta posición es el de reducir la ética a política, es más, sustituir la ética con la política haciendo que la ética permanezca en el ámbito de lo privado y la política (mínimos) en lo público.

e) Ética del cuidado:
- Teoría que encuentra su fundamento en la filosofía fenomenológica y que ha sido desarrollada por numerosas autoras como la psicóloga feminista C. Gilligan.
- Está inspirada en las obras del filósofo francés P. Ricoeur y en el pensamiento de matriz fenomenológica y dialógico. Centra su atención en la categoría del cuidado, con excelentes resultados, pero necesita también una concepción antropológica que oriente la acción
- El pensamiento fenomenológico y dialógico puede enriquecer enormemente la reflexión bioética introduciendo categorías como la relación, la empatía, simpatía, afecto, honestidad, responsaibilidad, seguridad, claridad, privacidad...

f) Ética narrativa:
- Descrita fundamentalmente por H. Brody. Para él la ética clínica es un diálogo o síntesis entre los “principios recibidos, colectivos” y las “particularidades de cada persona, la historia que narra”.
- No tiene fundamentación antropológica y ética, es relativista y subjetiva.
- Concepto distinto del ser humano: concepto de identidad personal como un proceso, como una construcción por parte del sujeto y por interacción con su ambiente social.
- Puesto que la identidad se va formando y se define (no por los rasgos objetivos) sino por el carácter, para entender el contexto de una decisión es necesario el relato narrativo de la vida del actor.
- La narrativa de una vida moral es siempre una interpretación (propia) y ésta tiene prioridad para decisiones morales --> seguir las emociones.


g) Bioética casuística:
- representada por autores como A. Jonsen y S. Toulmin.
- Considera que está bien aquello que se decida en cada situación, decidiendo independientemente de otras consideraciones. Puramente subjetiva.

h) Personalismo con fundamentación ontológica:
- Desde los años 80 se ha desarrollado una corriente, cuyo iniciador –Elio Sgreccia – denomina “personalismo bioético con fundamentación ontológica”. Dicha corriente se contrapone a las anteriormente expuestas o las complementa, como en el caso de la teoría del cuidado y la bioética narrativa.
Es una síntesis entre la filosofía realista clásica y algunos elementos de la fenomenología contemporánea personalista. El núcleo de su filosofía –de raigambre aristotélico-tomista- consiste en afirmar que la persona es unión sustancial de alma y cuerpo, de corporeidad y alma metafísica y espiritual, y basándose en los datos de la ciencia afirma que existe el ser humano y la persona desde el momento en que empieza a existir su cuerpo, es decir, desde el momento de la fecundación.
- Teniendo una base antropológica, el personalismo metafísico u ontológico, infiere algunos principios que podrían servir como orientación en el obrar práctico: respeto de la vida física, principio terapéutico, libertad-responsabilidad y justicia solidariedad.
- Cabe destacar la relevancia que tiene en esta corriente el concepto de naturaleza humana entendida como una realidad que no es meramente empírica. (ya que gran parte de los errores del relativismo tienen su origen en concebir la naturaleza humana como algo puramente empírico. De ahí la visión de Hume, Hobbes, Stuart Mill o Bentham, origen de las bioéticas relativistas o contractualistas). Sólo recuperando el concepto de naturaleza humana teleológica y finalizada será posible salvaguardar la intrínseca dignidad permanente y constante en los cambios accidentales de la persona humana. Es aplicable a este modelo todo lo expuesto en el epígrafe anterior sobre la fundamentación antropológica que identifica cuerpo y persona.

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