miércoles, 12 de septiembre de 2018

Transhumanismo - Extractos de entrevista a Albert Cortina - 3/05/2018


¿Qué es el transhumanismo?


- Manera de pensar en el futuro basado en la premisa de que la especie humana en su forma actual no representa el final de nuestro desarrollo sino más bien una etapa relativamente preliminar.

- "El transhumanismo es un movimiento cultural, intelectual y científico que afirma el deber moral de mejorar biotecnológicamente las capacidades físicas y cognitivas de la especie humana, y aplicar al hombre las tecnologías emergentes (nanotecnología, biotecnología, tecnología de la información, ciencia cognitiva, inteligencia artificial, robótica, realidad virtual, transferencia mental, criónica...), a fin de que se puedan eliminar los aspectos no deseados y no necesarios de la condición humana: el sufrimiento, la enfermedad, el envejecimiento e, incluso, la condición mortal." (Nick Bostrom)

- El transhumanismo es la ideología emergente que acompaña a la globalización tecnológica y a la actual Revolución digital o Revolución de la inteligencia. Esta ideología se ve a sí misma como un nuevo movimiento de liberación para el siglo XXI. La liberación del hombre de su condición humana natural y sobrenatural.

- El transhumanismo tiene su fundamento en una cosmovisión cientificista, materialista, reduccionista y atea del ser humano.

- No obstante, curiosamente está confluyendo con las nuevas corrientes gnósticas y New Age, conformando de este modo una especie de tecno-religión con pretensiones hegemónicas en el Nuevo Orden Mundial que tiene el claro objetivo de sustituir la cosmovisión cristiana sobre la persona y la creación por otra cosmovisión universal posthumana. No es de extrañar que el transhumanismo haya sido descrito por Francis Fukuyama como «la idea más peligrosa del mundo».

- Esa ideología determina que para cambiar la sociedad bastará con la convergencia de las biotecnologías emergentes y su hibridación con el ser humano, hasta llegar al advenimiento de la Singularidad que dará paso a una nueva humanidad constituida por seres transhumanos y posthumano.

- El elemento común de esta ideología es que tiene como objetivo final el transformar la condición humana mediante la interacción e implementación de biotecnologías que mejoren y aumenten las capacidades humanas, tanto a nivel físico como psicológico o intelectual. No obstante, podemos destacar algunas de las corrientes distintivas del transhumanismo: el transhumanismo libertario, el transhumanismo demócrático, el tecnogaianismo, el ecomodernismo, el singularitaranismo, el dataismo, el posgenerismo, el inmortalismo, el extropianismo, el abolicionismo, el raelismo…

- El Transhumanismo se basa en una antropología equivocada e inadecuada para el ser humano.
"Todo me es lícito, mas no todo conviene (1 Corintios 10, 23-26).
"para los incrédulos, cuyo entendimiento cegó el dios de este mundo para impedir que vean brillar el resplandor del Evangelio de la gloria de Cristo, que es imagen de Dios." (2 Corintios 4, 4)
No todo aquello que la ciencia y las biotecnologías puedan hacer o podrán hacer en un futuro nos conviene o convendrá como personas o como especie humana.

- La visión prometeica del transhumanismo, que nace de la muerte de Dios, es reduccionista respecto al ser humano. Su meta final, su objetivo último es la superación de lo humano basándose en la falsa promesa de un nuevo hombre transhumano o posthumano que se cree libre y elevado a un nivel de existencia superior e inmortal. El transhumano-posthumano se entroniza como el auténtico «Homo Deus». La superación de la humanidad por la figura ideológica del superhombre tiene raíces profundas en nuestra cultura, unas raíces que se fortalecen cada vez que en la historia intentamos «liberarnos» del legado de Jesús de Nazaret, es decir, de la humanidad nueva que, en cambio, se enraíza en su persona y en su resurrección.

- El transhumanismo es ateo y por ende está en contra de la llamada a vivamos en la plenitud que supone ser Hijos de Dios.

- La singularidad transhumanista que pretende establecer inexorablemente el nuevo destino de la humanidad, ahonda en la perdida de todo sentido y nos identifica con la nada. La vida que nos presenta el transhumanismo es una vida reducida, a pesar de las promesas de longevidad indefinida y de inmortalidad cibernética, una vida que, por eso mismo, no vive de ninguna plenitud. El nuevo hombre -el transhumano-posthumano- desconoce que Aquel contra quien "lucha, olvida y niega" es el fundamento de su grandeza, ya que el hombre no es el mismo ni se perfecciona si no es por la Gracia.

- El transhumanismo propone básicamente tres superaciones: una relativa al alargamiento de la vida (Superlongevidad), otra relativa a la agilidad mental (Superinteligencia), y una última relativa a la eliminación del sufrimiento y la muerte (Superbienestar e inmortalidad)

Superlongevidad, ¿sueño o pesadilla?. Mas años en soledad, con un grado de dependencia no correspondido con el amor de nuestros seres queridos, con agonías y sufrimientos no sublimados por el sentido y la esperanza cristiana de alcanzar el gozo de la vida eterna resultaran muy difíciles de sobrellevar. La tentación de la eutanasia y el derecho a decidir cuándo y cómo morir se generalizarán en nuestras sociedades envejecidas y con déficits graves en el Estado del Bienestar.
La Superinteligencia. Esta ideología lleva al extremo un camino empezado hace mucho tiempo cuando el racionalismo hizo de la razón lógico-calculadora la única facultad digna de ser tomada en consideración. El ser humano reducido a esa forma reductiva de la razón pierde todo el sentido de lo que es el misterio. El transhumanismo propone alcanzar una razón que potencia al infinito su reducción de puro cálculo y toma como modelo de funcionamiento las supercomputadoras y la inteligencia artificial. No obstante la persona es multidimensional. En el primer nivel, tenemos la inteligencia más básica, la inteligencia emocional, que está más relacionada con el cuerpo, los instintos y es acerca de sentir. El segundo nivel lo ocupa la inteligencia intelectual que está más relacionada con las actividades de la mente, lo cognitivo y es acerca de pensar. Finalmente, el tercer nivel lo ocupa la inteligencia espiritual que está más relacionada con el bienestar, con vivir una vida feliz con plenitud y es acerca del Ser. El aumento de la inteligencia espiritual será esencial en las sociedades biotecnológicas emergentes para mantener la preeminencia de la inteligencia humana sobre la inteligencia artificial
El Superbienestar (abolición del sufrimiento). David Pearce plantea que abolir el sufrimiento sería el detonador de una nueva etapa en la evolución humana, y que esto es perfectamente posible con el apoyo de la medicina genética y el desarrollo de fármacos psicoactivos e inteligentes ("Ingeniería paradisíaca). 
No obstante, todos tenemos constancia de que el mal, el sufrimiento – sobre todo el sufrimiento inocente- entra en la categoría del misterio, no tiene respuesta humana. Forma parte de este mundo y de la condición humana. Ante el dolor y el sufrimiento, lo que verdaderamente vale más es el consuelo; y el consuelo se transmite mediante la presencia, la coparticipación en el de manera especialmente humana. Cuando uno sufre, lo que más se agradece es la presencia del otro que le transmite su calor humano. Eliminar el dolor, como propone el transhumanismo, es eliminar a la vez la presencia consoladora del otro y también el abrazo de Jesús que no rechazó el cáliz del dolor. Cristo no ha venido a explicar el sufrimiento ni a resolver el problema del mal: ha tomado el mal sobre sus espaldas para liberarnos de él. Los logros del progreso científico-técnico son legítimos en lo que respecta a la mitigación del sufrimiento humano (consagrar nuestro conocimiento de la biología, y en especial de la genética a la erradicación de enfermedades, a la prolongación del bienestar y a su universalización…), así como a auspiciar ciertas capacidades humanas, siempre y cuando se posea certeza de que las intervenciones destinadas a este fin no comprometen otros bienes y valores, no se imponen coercitivamente y no implican riesgos mayores que los beneficios potenciales. Esta es la posición del cristianismo, siempre adoptando una actitud humilde ante el misterio de la vida, del sufrimiento y de la muerte.
La Inmortalidad cibernética. Recientemente algunos transhumanistas afirman que vamos a asistir a «la muerte de la muerte». Dicen sin rubor que la muerte no es inevitable y que las religiones nacen del atávico miedo a la muerte. Hasta hace muy poco tiempo, señalan, ese miedo y ese deseo de supervivencia sólo encontraba consuelo en paradigmas religiosos. Sin embargo, el hecho incontrovertible de la muerte ya puede rebatirse- según estos autores- desde fundamentos científico-técnicos. No obstante, el sentido de la muerte en la concepción católica es mucho más rica e integral. Dicha cosmovisión cristiana no se conforma con una simple inmortalidad cibernética sino que aspira, nada más y nada menos que a la resurrección del cuerpo-alma y a la vida eterna, contemplando y viviendo en el torrente inefable del Amor que es Dios. 

Un "humanismo avanzado" (+h) en contraposición al "transhumanismo" (h+)
Si el sistema de valores de la sociedad biotecnológica del futuro se basa en los principios del humanismo avanzado, continuaremos pensando que lo que de verdad importa es consolar y ayudar al que sufre y hacer felices a los demás. Humanismo avanzado centrado en una antropología adecuada del ser humano para este siglo XXI, abierto a la Trascendencia, que evoluciona para ser, precisamente, más humano. Es una reformulación del humanismo en el que las biotecnologías emergentes estén al servicio de las personas y de la biosfera y no al revés, y en el que la ética, las humanidades y la espiritualidad, lideren el nuevo escenario del progreso científico -tecnológico. Necesitamos un sistema de valores humanistas revisado que configure una ética universal para ayudarnos a discernir en qué casos la interacción e integración de biotecnologías emergentes en nuestro cuerpo y mente para aumentar nuestras capacidades resulte moralmente correcta, y en que otros casos no. Los católicos tenemos un estimulante camino a recorrer. Necesitamos conectar el cerebro con el corazón. La ciencia, como cualquier otra actividad humana, sabe que tiene límites que se deben observar por el bien de la humanidad misma, y requiere un sentido de responsabilidad ética. La verdadera medida del progreso, como recordaba el beato Pablo VI, es lo que está dirigido al bien de cada hombre y de todo hombre». El principio de prudencia y el espíritu abierto y crítico resultan básicos ante los retos y desafíos planteados por los avances biotecnológicos aplicados al ser humano y a la biosfera. Deberemos estar atentos a la evolución de la ideología del transhumanismo a nivel global. 
Tres de los riesgos existenciales más apremiantes para la humanidad son las pandemias, el cambio climático extremo y la guerra nuclear. Muchos expertos añaden a estos tres, el riesgo existencial que va a suponer en las próximas décadas la inteligencia artificial fuerte, es decir, aquella que se independizará del control humano hasta adquirir, incluso, consciencia de sí misma. Desde mi punto de vista, la línea roja fundamental que las biotecnologías no deberían traspasar jamás, es la que pueda ir contra la dignidad humana y la libertad personal ambas constitutivas de la condición humana querida por Dios. La Ley natural nos ayuda en ese discernimiento y la fuerza del Espíritu Santo nos inspirará para hacer bien las cosas. No debemos tener miedo y actuar con cautela pero con esperanza.

Origen del Transhumanismo:
- Pecado original. "Seréis como dioses" (Génesis 3, 5)
- El Racionalismo (sXVII y XVIII - René Descartes) hizo de la razón lógico-calculadora la única facultad digna de ser tomada en consideración. El ser humano reducido a esa forma reductiva de la razón pierde todo el sentido de lo que es el misterio. El transhumanismo propone alcanzar una razón que potencia al infinito su reducción de puro cálculo y toma como modelo de funcionamiento las supercomputadoras y la inteligencia artificial.
- La filosofía de Nietzsche (1844-1900) con su exaltación del "superhombre"
- La mentalidad eugenésica actual que defiende la mejora de los rasgos hereditarios humanos mediante diversas formas de intervención manipulada y métodos selectivos de los seres humanos.
- El biólogo eugenista Julian Huxley inventó el término "transhumanismo" en 1957, entendiendo que los seres humanos deben mejorarse a través de la ciencia y la tecnología, incluyendo la eugenesia pero también la mejora del ambiente social.
- James Hughes, ex director de la World Transhumanist Association, asegura que el transhumanismo es un producto de la «cultura blanca, masculina, opulenta del Internet estadounidense; y su perspectiva política general siempre ha sido una versión militante del liberalismo típico de esa cultura».  Dicha cultura, cuyo núcleo principal podemos situar en Silicon Valley (California, EEUU), desarrolló un híbrido entre la doctrina neoliberal del libre mercado y la teoría de las redes e Internet.

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