Carta
íntegra de los obispos de Getafe y Alcalá de Henares contra la Ley de
Transexualidad
http://www.elmundo.es/madrid/2016/03/23/56f28c4e268e3e2a738b466a.html
Reflexiones pastorales sobre la 'Ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y No Discriminación de la Comunidad Autónoma de Madrid'
La emergencia cívica de los católicos
...queremos, con todo el respeto hacia los que han promovido
esta ley y sus posibles destinatarios, manifestar públicamente las siguientes
consideraciones dirigidas a los fieles católicos de nuestras respectivas
diócesis, sin menoscabo de otras profundizaciones posteriores.
Aunque nuestras reflexiones quieren brotar de las enseñanzas de los
últimos papas y de otros documentos eclesiales, entendemos que tienen su
fundamento en lo que Cicerón llamó "la recta razón, una ley verdadera,
conforme a la naturaleza, extendida a todos" (De republica, 3, 22, 33). Esta ley natural, en efecto, presente en el
corazón de todo hombre y establecida por la razón, expresa la dignidad de la
persona y determina la base de sus derechos y deberes fundamentales. Si
consideramos injusta la ley que comentamos a continuación es precisamente
porque niega lo que la recta razón
conoce sobre el ser humano y olvida que «el hombre no es solamente una libertad
que él se crea por sí solo. El
hombre no se crea a sí mismo. Es espíritu y voluntad, pero también naturaleza»
(Benedicto XVI, Discurso al Deutscher Bundestag, Berlín, 22 septiembre 2011). Difícilmente se podrá defender el derecho
de personas que se consideran discriminadas cuando esa defensa se funda en una
comprensión equivocada del ser humano.
1. LA IDENTIDAD DE GÉNERO
En el Artículo 4 de la mencionada ley, titulado Reconocimiento del
derecho a la identidad de género libremente manifestada, leemos lo siguiente: «Toda persona tiene derecho a construir
para sí una autodefinición con respecto a su cuerpo, sexo, género y su
orientación sexual. La orientación, sexualidad e identidad de género que cada
persona defina para sí es esencial para su personalidad y constituye uno de los
aspectos fundamentales de su dignidad y libertad».
Este "supuesto derecho"
es una expresión ideológica del legislador que choca frontalmente con la antropología cristiana que ha dado sustento y
soporte a lo que se ha venido en llamar civilización cristiana u occidental.
Como bien nos recordaba Benedicto XVI en su Carta Encíclica Charitas in
veritate, «hoy es preciso afirmar que la cuestión social se ha convertido radicalmente
en una cuestión antropológica» (n. 75).
Según la antropología
cristiana, la persona es creada en la unidad cuerpo-espíritu. El cuerpo no es
un simple dato que pueda "ser construido", no es una prótesis del yo,
sino que es la visibilización de la persona. Es como un sacramento de la
persona. Tratar el cuerpo como pura materia que pueda "ser
construida" por la libertad no responde a la experiencia humana.
Esta postura supone un dualismo
antropológico que separa ideológicamente el cuerpo del espíritu o cae en un
monismo de carácter materialista que no hace justicia a la especificidad del
ser humano.
2. LA DIFERENCIA SEXUAL
Por otra parte, la diferencia
sexual varón-mujer es otro principio de la antropología adecuada que, derivando
de la teología de la creación, está profundamente enraizado también en la
experiencia humana. El varón y la
mujer son iguales en su dignidad de personas. Por eso, la diferencia sexual no
se puede traducir como desigualdad. Todo lo contrario. La diferencia sexual es riqueza de humanidad y responde a la vocación
al amor, a la reciprocidad mutua. La diferencia sexual es llamada a la
unión amorosa, a la complementariedad y a la procreación como fruto de la
colaboración con Dios en el acto conyugal propio del matrimonio.
La herida del pecado original (Cf. Charitas in veritate, 34) y de los
propios pecados, de la que deriva la concupiscencia, se manifiesta en la
relación distorsionada de los dinamismos físicos, psíquicos y espirituales de
la propia persona. Por eso otro de los
principios de la antropología cristiana es la necesidad de la redención del
cuerpo o del corazón. Este dato, desconocido por la cultura dominante
secularizada, provoca la no comprensión plena de la persona. La Iglesia
Católica sabe por la Revelación y la propia experiencia acumulada en la
Tradición que, además de afirmar la
unidad en el ser (unión substancial cuerpo-espíritu), es necesario alcanzar la
unidad en el obrar (la integración en el acto libre de los dinamismos
físicos-psíquicos-espirituales del obrar humano).
3. ECOLOGÍA HUMANA
En este mismo sentido, el Papa Francisco, refiriéndose a la auténtica
ecología integral, dice: «La aceptación
del propio cuerpo como don de Dios es necesaria para acoger y aceptar el mundo
entero como regalo del Padre y casa común, mientras una lógica de dominio sobre el propio cuerpo se transforma en
una lógica a veces sutil de dominio sobre la creación. Aprender a recibir el propio cuerpo, a cuidarlo y a respetar sus
significados, es esencial para una verdadera ecología humana. También la
valoración del propio cuerpo en su femineidad o masculinidad es necesaria para
reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente. De este modo es
posible aceptar gozosamente el don específico del otro o de la otra, obra del
Dios creador, y enriquecerse recíprocamente. Por lo tanto, no es sana una
actitud que pretenda "cancelar la diferencia sexual porque ya no sabe
confrontarse con la misma"». (Encíclica Laudato Si', n. 155).
4. EL CONCEPTO DE LIBERTAD
El concepto de libertad que maneja el legislador cuando se
refiere a la "identidad de género
libremente manifestada" (Art. 4) es
también un concepto ideológico que tampoco responde a la experiencia humana.
Se trata de un concepto individualista
de la libertad desvinculado del ser de la persona y de su naturaleza específica:
la persona es un ser creado por la
infinita sabiduría de Dios y la libertad está enraizada en el propio ser
"dado". Nadie se crea a sí
mismo, sino que recibe el ser. La
libertad no crea el ser, sino que es el camino para su perfección. Esto es
lo que llamamos el bien de la persona según la propia naturaleza.
El concepto de libertad
presente en esta ley aboca a un pensamiento totalitario: la absolutización de
la voluntad que pretende ser la única creadora de la propia persona y la
absolutización de la técnica transformada también en un poder prometeico e
ideológico. Como nos
recordaba Benedicto XVI, «sabemos que
somos un don y no el resultado de una autogeneración. Nuestra libertad está
originariamente caracterizada por nuestro ser, con sus propias limitaciones.
Ninguno da forma a la propia conciencia de manera arbitraria (...) El
desarrollo de la persona se degrada cuando ésta pretende ser la única creadora
de sí misma» (Charitas in vetitate, 68).
5. CIENCIA Y TÉCNICA CON
CONCIENCIA
Del mismo modo nos advertía Benedicto XVI de la pretensión prometeica de la técnica cuando no va unida a las normas
fundamentales de la ley natural que Dios ha inscrito en nuestro corazón: «Por
eso, la técnica tiene un rostro ambiguo. Nacida de la creatividad humana como
instrumento de la libertad de la persona, puede entenderse como elemento de una
libertad absoluta, que desea prescindir de los límites inherentes a las cosas.
(...) La clave del desarrollo está en
una inteligencia capaz de entender la técnica y de captar el significado
plenamente humano del quehacer del hombre, según el horizonte de sentido de la
persona considerada en la globalidad de su ser. (...) La técnica atrae
fuertemente al hombre, porque lo rescata de las limitaciones físicas y le
amplía el horizonte. Pero la libertad
humana es ella misma sólo cuando responde a esta atracción de la técnica con
decisiones que son fruto de la responsabilidad moral. De ahí la necesidad
apremiante de una formación para un uso ético y responsable de la técnica.
Conscientes de esta atracción de la técnica sobre el ser humano, se debe recuperar el verdadero sentido de
la libertad, que no consiste en la seducción de una autonomía total, sino en la
respuesta a la llamada del ser, comenzando por nuestro propio ser»
(Charitas in vetitate, 70).
Cuando las premisas son falsas,
la lógica lleva irremediablemente al absurdo. La ley que ha permitido la
redefinición del matrimonio abrió la puerta a que cualquier combinación
afectiva pueda terminar, con el tiempo, siendo reconocida como matrimonio. Lo
mismo va a suceder con estas leyes: con el tiempo se podrá exigir el presunto
derecho a cualquier modificación corporal "a la carta", por
arbitraria que sea.
6. LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO Y SUS
DERIVADOS
En los presupuestos que justifican esta ley, el legislador se muestra
heredero de la ideología de género que, con
pretensiones científicas, supone un rechazo total de la teología de la creación
y de la redención. En la base de
esta ideología está la diferencia pretendida entre sexo y género, de tal manera
que el primero es considerado pura biología y el otro, un "constructo
cultural y social". Inspirada
en la filosofía constructivista, la ideología de género pretende la
"deconstrucción" del género asignado por la cultura y la sociedad.
El resto, la biología del cuerpo humano,
es confiada a la libertad individual creadora y a la técnica. Por eso, la ley
habla del «derecho a construir para sí una autodefinición con respecto a su
cuerpo, sexo, género y su orientación sexual» (Art. 4).
Nunca en la historia de la civilización humana se había puesto de
manifiesto esta pretensión. De ahí la gravedad de lo que se nos propone de
manera ideológica. Para comprender bien
esta pretensión es necesario remontarnos a los llamados maestros de la sospecha
(Nietzsche, Marx y Freud), comprender
la llamada revolución sexual en sus diferentes entradas y lo que ha supuesto la
dictadura del relativismo. En el fondo,
se trata de un proceso de deconstrucción de la civilización cristiana y de la
entronización del relativismo cultural. Lo nuevo que ya despunta en esta ley es un cóctel o mezcla del marxismo
freudiano y del liberalismo individualista que nos quiere conducir, en
definitiva, a lo que recientemente se ha venido en llamar tecno-nihilismo.
Se trata de la sumisión de las personas
por un poder totalitario que, en nombre de la libertad, pretende abolir
cualquier norma moral que impida el imperio de la libertad absoluta de la
técnica.
7. NIHILISMO POSTHUMANO
Todo es permitido a la libertad
individual y todo se hace posible por la técnica, también aplicada al cuerpo
humano. Esto que
parece una profecía de la tierra prometida, o la tierra de la libertad, no es
más que el sometimiento voluntario a un poder que se pretende omnímodo. Es el
imperio de la técnica promovido por quienes detentan el poder global mediante
el Gran Dinero. El precio a pagar es renunciar a toda verdad sobre el ser
humano. Ya no se trata sólo del relativismo, es la entronización del nihilismo.
Con estos presupuestos, uno puede definir su orientación sexual, prescindiendo
del lenguaje del cuerpo. Es más, puede construir y definir su cuerpo con la
ayuda de la técnica. El horizonte final es el posthumanismo o transhumanismo.
Con ello llegamos a la tentación primordial, a la tentación del paraíso:
«Seréis como Dios» (Gn 3, 5).
8. TODO ESTÁ RELACIONADO
A tenor de lo que venimos diciendo, sería un error metodológico
considerar el contenido de esta ley como algo separado del proyecto de
ingeniería social que se viene propiciando en España y globalmente. Este
apartado de la así llamada transexualidad ha de ser
contemplado en el contexto
más amplio de un proyecto global
planificado, científica y sistemáticamente, contra el orden de la creación y de
la redención. Como afirma el Papa Benedicto XVI, «el libro de la naturaleza
es uno e indivisible»; el Papa Francisco desarrolla el mismo concepto en
Laudato Si' con la expresión «ecología integral»; lo mismo hizo el Papa San
Juan Pablo II al hablar de la "ecología humana" en Centesimus annus
(nn. 37-39). Sin embargo, todos tendemos a mirar la realidad atomizadamente -y
así se procura que suceda desde el poder-, como
si unas cosas no tuvieran relación con otras, como si todo fuera casual, como
si el mal no estuviese organizado. Para ello conviene contemplar en su
conjunto las distintas piezas del puzle: Injusticia
social (con la síntesis del marxismo y el liberalismo), ecología idolátrica y fragmentada,
anticoncepción, esterilización, aborto, "amor romántico", divorcio,
"amor libre", técnicas de
reproducción asistida, 'pornificación' de las relaciones personales y de la
cultura, sexualidad sin verdad, usurpación deliberada de la filiación natural
de los niños, manipulación hormonal/amputación y extirpación de órganos
sanos/reasignación de la identidad personal, eutanasia y suicidio asistido,
manipulación de embriones, "poliamor", realidad virtual sustitutiva, etc., son sólo una parte de los
escalones, programados, científica y sistemáticamente, en orden a la deconstrucción de la "identidad-misión",
querida por Dios para el ser humano: en su unidad sustancial cuerpo-espíritu,
en la diferencia varón-mujer, en la llamada a la comunión con el prójimo y en
la vocación a adorar y amar, sobre todas las cosas, a la Santísima Trinidad.
9. DERIVACIÓN EN EL CAMPO
EDUCATIVO Y SANITARIO
No es éste el momento para analizar los aspectos concretos referidos a
la así llamada transexualidad o la llamada «disforia de género». Lo dejamos
para poder profundizarlo en otro momento. Nuestra pretensión ahora es
simplemente destacar el carácter
ideológico de esta ley y llamar la atención sobre su gravedad y carácter
injusto.
Como era de suponer, este
pensamiento ideológico y totalitario se introduce en el campo educativo y
sanitario. Como ya
indicamos en otro momento, el vehículo
en el campo de la educación son los Estándares de Educación Sexual para Europa
promovidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que afecta a los
niños desde la escuela infantil hasta el bachillerato. Es el modo
institucional de introducir la ideología de género en las escuelas e institutos
más allá de la voluntad de los padres. Con esta ley, además, se concede a los niños la capacidad legal
de definir su orientación sexual y las consecuencias que se deriven más allá,
insistimos, de la voluntad de los padres.
Lo mismo cabe decir en el campo
de la sanidad, en el que se prevén
varias iniciativas referidas a los niños, adolescentes, jóvenes y adultos.
También concierne al personal sanitario, que deberá ser preparado de modo
específico para resolver los deseos de quienes soliciten la intervención
médica. A este respecto recordamos el siguiente texto del Pontificio Consejo
para la Pastoral de los Agentes Sanitarios:
«No se puede violar la integridad física de una persona para el tratamiento de
un mal de origen psíquico o espiritual. En estas circunstancias no se presentan
órganos enfermos o funcionando mal; así que su manipulación medicoquirúrgica es
una alteración arbitraria de la integridad física de la persona. No es lícito
sacrificar al todo, mutilándolo, modificándolo o extirpándole una parte que no
se relaciona patológicamente con el todo. Es por esto que no se puede
correctamente asumir el principio de totalidad como criterio de legitimación de
la esterilización antiprocreativa, del aborto terapéutico y la medicina y
cirugía transexual». (Carta de los Agentes Sanitarios, en español n. 66 y
nota 148).
10. DERECHO DE LOS NIÑOS Y DE
LOS PADRES
Dejamos otros aspectos referidos a la vida social, laboral, ocio,
deporte, etc. Sabiendo, además, que la primera obligación es el respeto
exquisito a todas las personas, cabe destacar que desde el punto de vista
objetivo esta ley trastoca los derechos
del niño, retuerce el concepto de naturaleza humana y deja a criterio del
legislador la autoridad de los padres y su responsabilidad en la tutela de los
hijos. Nunca las leyes se habían introducido de esta manera, invadiendo el derecho original y esencial
de los padres a educar a sus hijos. El
derecho primario a educar corresponde a los padres por haber dado la vida a sus
hijos. No aplicar aquí el principio de subsidiariedad es caminar hacia un
poder totalitario del Estado y de la administración que no hace justicia a la
realidad de las cosas y, en este caso, al carácter soberano de la familia (Cf.
Gratissimam sane - Carta a las Familias de San Juan Pablo II, 17).
11. LIBERTAD RELIGIOSA
Un último aspecto a considerar respecto a esta ley es su intromisión en lo que afecta a la libertad
de conciencia y a la libertad religiosa, bien entendidas a la luz de la Palabra
de Dios. Con las sanciones de carácter administrativo y económico presentes en
esta ley se da otra vuelta de tuerca para amordazar a los que piensen diferente
y a los que quieran libremente expresar sus convicciones nacidas de una
conciencia moral rectamente formada y de la necesidad de dar testimonio de las
verdades que nacen de la fe y de la religión. El paso que se da en esta ley
no es un paso en la buena dirección para la libertad religiosa, y presagia
otros horizontes más oscuros. Simplemente conviene aquí recordar que una sociedad crece de manera sana cuando se
respeta la libertad religiosa. Ésta es como un termómetro que verifica la
salud social y el cuidado de la justicia y el bien común. La ««Ley de Identidad
y Expresión de Género e Igualdad Social y No Discriminación de la Comunidad de
Madrid» es una ley sustancialmente inicua que regula graves atentados contra el
quinto mandamiento de la Ley de Dios, y, en su caso, los facilita respecto al
sexto y noveno mandamientos. Se trata, en su esencia, de una ley injusta y, por
tanto, a nadie obliga en conciencia.
12. EMERGENCIA CÍVICA DE LOS
CATÓLICOS
En este contexto en el que nos movemos actualmente en España, y con lo
que supone esta ley en la Comunidad Autónoma de Madrid, sentimos la urgencia de
apelar a una «emergencia cívica de los católicos». Mirar hacia otro lado o
juzgar de manera indiferente el proyecto de ingeniería social que estamos
sufriendo en el ámbito personal, familiar, social y político, sería pecar de
omisión. A los católicos nos avala la experiencia de que, unida a los propios
errores, la fe cristiana ha dado los mejores frutos de civilización y ha
contribuido a crear los ámbitos apropiados para el desarrollo del conocimiento
y para la creación de los mejores espacios de justicia y de libertad.
Como en otras ocasiones, los católicos, además de nuestro testimonio,
hemos de emerger y hacernos presentes en todos los ámbitos de la vida social.
Para ello os animamos a profundizar en la formación humana y cristiana y, de
manera especial, os urgimos al conocimiento de la Doctrina Social de la
Iglesia. En nuestra preocupación pastoral está el cuidado de todas las
familias, el afán de contribuir al bien común favoreciendo el liderazgo de los
católicos también en el ámbito político. Con todo ello queremos seguir las
huellas de Jesucristo en el amor a todas las personas, particularmente a los
empobrecidos y necesitados. En nuestro carné de identidad también va incluido
el amor y respeto a los que nos odian o pretenden considerarnos enemigos. Así
nos lo ha enseñado el Señor y así queremos continuar sembrando nuestra tierra
con las semillas del Evangelio.
Conclusión
A los afectados por esta ley, y a cuantos necesitan de la maternidad de
la Iglesia, les ofrecemos el calor de nuestras parroquias, comunidades y el
ejercicio de la caridad a través de Cáritas y de las distintas instituciones
educativas y caritativas de nuestras diócesis. En particular os animamos, ante
cualquier duda, problema o situación creada en lo que corresponde a la
problemática en torno a la llamada transexualidad, o a otros aspectos que
surjan en la vida familiar, a acudir a los Centros de Orientación Familiar de
nuestras diócesis. Ellos son en nuestras Iglesias particulares como hospitales
de campaña, según la expresión del Papa Francisco, o como auténticos espacios
de solidaridad y acompañamiento.
Embarcados en la Semana Santa en la que contemplaremos el significado
auténtico del amor en la Pasión de Cristo, os invitamos a vivir estos días con
gran recogimiento y religiosidad. Unidos a toda la Iglesia volveremos a
celebrar en la Vigilia Pascual el triunfo de la vida sobre la muerte. Con el
canto del ¡Aleluya! testimoniaremos ante el mundo la victoria del Resucitado.
Unidos a la Virgen María, os deseamos a todos una ¡Feliz Pascua de
Resurrección!
Juan Antonio Reig Pla, Obispo Complutense
Joaquín Mª López de Andújar y Cánovas del Castillo, Obispo de Getafe
José Rico Pavés, Obispo Titular de Mentesa y Auxiliar de Getafe
21 de marzo de 2016
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