viernes, 14 de septiembre de 2018

Benedicto XVI: Una visión trascendente de la persona, necesita a dios...cede a la presunción de la auto-salvación y termina por promover un desarrollo deshumanizado

"Una visión trascendente de la persona, necesita a dios:
sin él, o se niega el desarrollo, o se le deja únicamente en manos del hombre,
que cede a la presunción de la auto-salvación
y termina por promover un desarrollo deshumanizado"

Extractos de la Encíclica "Cáritas in Veritate" de Benedicto XVI (29 de junio de 2009)

1. La caridad en la verdad, de la que Jesucristo se ha hecho testigo con su vida terrenal y, sobre todo, con su muerte y resurrección, es la principal fuerza impulsora del AUTÉNTICO DESARROLLO de cada persona y de toda la humanidad.
Es una fuerza que tiene su origen en Dios, Amor eterno y Verdad absoluta. Cada uno encuentra su propio bien asumiendo el proyecto que Dios tiene sobre él, para realizarlo plenamente: en efecto, encuentra en dicho proyecto su verdad y, aceptando esta verdad, se hace libre (cf. Jn 8,32).
Todos los hombres perciben el impulso interior de amar de manera auténtica; amor y verdad nunca los abandonan completamente, porque son la vocación que Dios ha puesto en el corazón y en la mente de cada ser humano. Jesucristo purifica y libera de nuestras limitaciones humanas la búsqueda del amor y la verdad, y nos desvela plenamente la iniciativa de amor y el proyecto de vida verdadera que Dios ha preparado para nosotros. En Cristo, la caridad en la verdad se convierte en el Rostro de su Persona, en una vocación a amar a nuestros hermanos en la verdad de su proyecto. En efecto, Él mismo es la Verdad (cf. Jn 14,6).

3. Por esta estrecha relación con la verdad, se puede reconocer a la CARIDAD COMO EXPRESIÓN AUTÉNTICA DE HUMANIDAD
LA VERDAD ES LUZ QUE DA SENTIDO Y valor a la caridad. Esta luz es simultáneamente LA DE LA RAZÓN Y LA DE LA FE, por medio de la cual LA INTELIGENCIA LLEGA A LA VERDAD NATURAL Y SOBRENATURAL DE LA CARIDAD, PERCIBIENDO SU SIGNIFICADO DE ENTREGA, ACOGIDA Y COMUNIÓN.
La verdad libera a la caridad de la estrechez de una emotividad que la priva de contenidos relacionales y sociales, así como de un fideísmo que mutila su horizonte humano y universal.

4. Puesto que está llena de verdad, la caridad puede ser comprendida por el hombre en toda su riqueza de valores, compartida y comunicada. En efecto, la verdad es «lógos» que crea «diá-logos» y, por tanto, comunicación y comunión. La verdad, rescatando a los hombres de las opiniones y de las sensaciones subjetivas, les permite llegar más allá de las determinaciones culturales e históricas y apreciar el valor y la sustancia de las cosas. La verdad abre y une el intelecto de los seres humanos en el lógos del amor: éste es el anuncio y el testimonio cristiano de la caridad. EN EL CONTEXTO SOCIAL Y CULTURAL ACTUAL, EN EL QUE ESTÁ DIFUNDIDA LA TENDENCIA A RELATIVIZAR LO VERDADERO, vivir LA CARIDAD EN LA VERDAD lleva a comprender que la adhesión a los valores del cristianismo no es sólo un elemento útil, sino INDISPENSABLE PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA BUENA SOCIEDAD Y UN VERDADERO DESARROLLO HUMANO INTEGRAL.

8. EL ANUNCIO DE CRISTO ES EL PRIMERO Y PRINCIPAL FACTOR DE DESARROLLO[6] y nos ha dejado la consigna de caminar por la vía del desarrollo con todo nuestro corazón y con toda nuestra inteligencia[7], es decir, con el ardor de la caridad y la sabiduría de la verdad. LA VERDAD ORIGINARIA DEL AMOR DE DIOS, que se nos ha dado gratuitamente, ES LO QUE ABRE NUESTRA VIDA AL DON Y HACE POSIBLE ESPERAR EN UN «DESARROLLO DE TODO EL HOMBRE Y DE TODOS LOS HOMBRES»[8], en el tránsito «de condiciones menos HUMANAS A CONDICIONES MÁS HUMANAS»[9], que se obtiene venciendo las dificultades que inevitablemente se encuentran a lo largo del camino.

9. SÓLO CON LA CARIDAD, ILUMINADA POR LA LUZ DE LA RAZÓN Y DE LA FE, ES POSIBLE CONSEGUIR OBJETIVOS DE DESARROLLO CON UN CARÁCTER MÁS HUMANO Y HUMANIZADOR. EL COMPARTIR LOS BIENES Y RECURSOS, de lo que proviene el auténtico desarrollo, NO SE ASEGURA SÓLO CON EL PROGRESO TÉCNICO y con meras relaciones de conveniencia, sino con la fuerza del amor que vence al mal con el bien (cf. Rm 12,21) y ABRE LA CONCIENCIA DEL SER HUMANO A RELACIONES RECÍPROCAS DE LIBERTAD Y DE RESPONSABILIDAD.

La Iglesia (…) tiene una misión de verdad que cumplir en todo tiempo y circunstancia en favor de una sociedad a medida del hombre, de su dignidad y de su vocación. SIN VERDAD SE CAE EN UNA VISIÓN EMPIRISTA Y ESCÉPTICA DE LA VIDA, INCAPAZ DE ELEVARSE sobre la praxis, PORQUE NO ESTÁ INTERESADA EN TOMAR EN CONSIDERACIÓN LOS VALORES —a veces ni siquiera el significado— con los cuales juzgarla y orientarla. La fidelidad al hombre exige la fidelidad a la verdad, que es la única garantía de libertad (cf. Jn 8,32) y de la posibilidad de un desarrollo humano integral.

11. (…) La Iglesia, estando al servicio de Dios, está al servicio del mundo en términos de amor y verdad
- Toda LA IGLESIA, en todo su ser y obrar, cuando anuncia, celebra y actúa en la caridad, TIENDE A PROMOVER EL DESARROLLO INTEGRAL DEL HOMBRE manifiesta toda su propia capacidad de servicio a la PROMOCIÓN DEL HOMBRE Y LA FRATERNIDAD UNIVERSAL CUANDO PUEDE CONTAR CON UN RÉGIMEN DE LIBERTAD.
- EL AUTÉNTICO DESARROLLO DEL HOMBRE CONCIERNE DE MANERA UNITARIA A LA TOTALIDAD DE LA PERSONA EN TODAS SUS DIMENSIONES[16]. SIN LA PERSPECTIVA DE UNA VIDA ETERNA, EL PROGRESO HUMANO EN ESTE MUNDO SE QUEDA SIN ALIENTO. ENCERRADO DENTRO DE LA HISTORIA, QUEDA EXPUESTO AL RIESGO DE REDUCIRSE SÓLO AL INCREMENTO DEL TENER; ASÍ, LA HUMANIDAD PIERDE LA VALENTÍA DE ESTAR DISPONIBLE PARA LOS BIENES MÁS ALTOS, PARA LAS INICIATIVAS GRANDES Y DESINTERESADAS QUE LA CARIDAD UNIVERSAL EXIGE. EL HOMBRE NO SE DESARROLLA ÚNICAMENTE CON SUS PROPIAS FUERZAS, ASÍ COMO NO SE LE PUEDE DAR SIN MÁS EL DESARROLLO DESDE FUERA… EL DESARROLLO HUMANO INTEGRAL ES ANTE TODO VOCACIÓN Y, POR TANTO, COMPORTA QUE SE ASUMAN LIBRE Y SOLIDARIAMENTE RESPONSABILIDADES POR PARTE DE TODOS. ESTE DESARROLLO EXIGE, ADEMÁS, UNA VISIÓN TRASCENDENTE DE LA PERSONA, NECESITA A DIOS: SIN ÉL, O SE NIEGA EL DESARROLLO, O SE LE DEJA ÚNICAMENTE EN MANOS DEL HOMBRE, QUE CEDE A LA PRESUNCIÓN DE LA AUTO-SALVACIÓN Y TERMINA POR PROMOVER UN DESARROLLO DESHUMANIZADO. POR LO DEMÁS, SÓLO EL ENCUENTRO CON DIOS PERMITE NO «VER SIEMPRE EN EL PRÓJIMO SOLAMENTE AL OTRO»[17], SINO RECONOCER EN ÉL LA IMAGEN DIVINA, LLEGANDO ASÍ A DESCUBRIR VERDADERAMENTE AL OTRO Y A MADURAR UN AMOR QUE «ES OCUPARSE DEL OTRO Y PREOCUPARSE POR EL OTRO»[18].

14. Con la Carta apostólica Octogesima adveniens, de 1971, Pablo VI trató luego el tema del sentido de la política y el PELIGRO QUE REPRESENTABAN LAS VISIONES UTÓPICAS E IDEOLÓGICAS QUE COMPROMETÍAN SU CUALIDAD ÉTICA Y HUMANA. Son argumentos estrechamente unidos con el desarrollo. Lamentablemente, LAS IDEOLOGÍAS NEGATIVAS SURGEN CONTINUAMENTE. PABLO VI YA PUSO EN GUARDIA SOBRE LA IDEOLOGÍA TECNOCRÁTICA[26], HOY PARTICULARMENTE ARRAIGADA, CONSCIENTE DEL GRAN RIESGO DE CONFIAR TODO EL PROCESO DEL DESARROLLO SÓLO A LA TÉCNICA, PORQUE DE ESTE MODO QUEDARÍA SIN ORIENTACIÓN. EN SÍ MISMA CONSIDERADA, LA TÉCNICA ES AMBIVALENTE.

·         Si de un lado hay actualmente quien es propenso a confiar completamente a ella el proceso de desarrollo
·         se advierte el surgir de ideologías que niegan in toto la utilidad misma del desarrollo, considerándolo radicalmente antihumano y que sólo comporta degradación. Así, se acaba a veces por condenar, no sólo el modo erróneo e injusto en que los hombres orientan el progreso, sino también los descubrimientos científicos mismos que, por el contrario, son una oportunidad de crecimiento para todos si se usan bien. La idea de un mundo sin desarrollo expresa desconfianza en el hombre y en Dios. Por tanto, es un grave error despreciar las capacidades humanas de controlar las desviaciones del desarrollo o ignorar incluso que el hombre tiende constitutivamente a «ser más».
Considerar ideológicamente como absoluto el progreso técnico y soñar con la utopía de una humanidad que retorna a su estado de naturaleza originario, son dos modos opuestos para eximir al progreso de su valoración moral y, por tanto, de nuestra responsabilidad.

16. En la Populorum progressio, Pablo VI nos ha querido decir, ante todo, que EL PROGRESO, EN SU FUENTE Y EN SU ESENCIA, ES UNA VOCACIÓN: «En los designios de Dios, cada hombre está llamado a promover su propio progreso, porque la vida de todo hombre es una vocación»[34]. Esto es precisamente lo que legitima la intervención de la Iglesia en la problemática del desarrollo. Si éste afectase sólo a los aspectos técnicos de la vida del hombre, y no al SENTIDO DE SU CAMINAR EN LA HISTORIA JUNTO CON SUS OTROS HERMANOS, NI AL DESCUBRIMIENTO DE LA META DE ESTE CAMINO, la Iglesia no tendría por qué hablar de él.
DECIR QUE EL DESARROLLO ES VOCACIÓN EQUIVALE A RECONOCER, POR UN LADO, QUE ÉSTE NACE DE UNA LLAMADA TRASCENDENTE Y, POR OTRO, QUE ES INCAPAZ DE DARSE SU SIGNIFICADO ÚLTIMO POR SÍ MISMO. Con buenos motivos, la palabra «vocación» aparece de nuevo en otro pasaje de la Encíclica, donde se afirma: «NO HAY, PUES, MÁS QUE UN HUMANISMO VERDADERO QUE SE ABRE AL “ABSOLUTO” EN EL RECONOCIMIENTO DE UNA VOCACIÓN QUE DA LA IDEA VERDADERA DE LA VIDA HUMANA»[37].

17. La vocación es una llamada que requiere una respuesta libre y responsable. El desarrollo humano integral supone la libertad responsable de la persona y los pueblos: ninguna estructura puede garantizar dicho desarrollo desde fuera y por encima de la responsabilidad humana. LOS «MESIANISMOS PROMETEDORES, PERO FORJADORES DE ILUSIONES»[38] BASAN SIEMPRE SUS PROPIAS PROPUESTAS EN LA NEGACIÓN DE LA DIMENSIÓN TRASCENDENTE DEL DESARROLLO, SEGUROS DE TENERLO TODO A SU DISPOSICIÓN. ESTA FALSA SEGURIDAD SE CONVIERTE EN DEBILIDAD, PORQUE COMPORTA EL SOMETIMIENTO DEL HOMBRE, REDUCIDO A UN MEDIO PARA EL DESARROLLO, MIENTRAS QUE LA HUMILDAD DE QUIEN ACOGE UNA VOCACIÓN SE TRANSFORMA EN VERDADERA AUTONOMÍA, PORQUE HACE LIBRE A LA PERSONA. Esta libertad se refiere al desarrollo que tenemos ante nosotros (…) SÓLO SI ES LIBRE, EL DESARROLLO PUEDE SER INTEGRALMENTE HUMANO; SÓLO EN UN RÉGIMEN DE LIBERTAD RESPONSABLE PUEDE CRECER DE MANERA ADECUADA.

18. ADEMÁS DE LA LIBERTAD, EL DESARROLLO HUMANO INTEGRAL COMO VOCACIÓN EXIGE TAMBIÉN QUE SE RESPETE LA VERDAD. LA VOCACIÓN AL PROGRESO IMPULSA A LOS HOMBRES A «HACER, CONOCER Y TENER MÁS PARA SER MÁS»[41]. PERO LA CUESTIÓN ES: ¿QUÉ SIGNIFICA «SER MÁS»? A esta pregunta, Pablo VI responde indicando lo que comporta esencialmente el «AUTÉNTICO DESARROLLO»: «debe ser integral, es decir, PROMOVER A TODOS LOS HOMBRES Y A TODO EL HOMBRE»[42]. En la concurrencia entre las diferentes visiones del hombre que, más aún que en la sociedad de Pablo VI, se proponen también en la de hoy, LA VISIÓN CRISTIANA TIENE LA PECULIARIDAD DE AFIRMAR Y JUSTIFICAR EL VALOR INCONDICIONAL DE LA PERSONA HUMANA Y EL SENTIDO DE SU CRECIMIENTO. LA VOCACIÓN CRISTIANA AL DESARROLLO AYUDA A BUSCAR LA PROMOCIÓN DE TODOS LOS HOMBRES Y DE TODO EL HOMBRE. Pablo VI escribe: «Lo que cuenta para nosotros es el hombre, cada hombre, cada agrupación de hombres, hasta la humanidad entera»[43]. LA FE CRISTIANA SE OCUPA DEL DESARROLLO, no APOYÁNDOSE en privilegios o posiciones de poder, ni tampoco en los méritos de los cristianos, que ciertamente se han dado y también hoy se dan, junto con sus naturales limitaciones[44], sino SÓLO EN CRISTO, AL CUAL DEBE REMITIRSE TODA VOCACIÓN AUTÉNTICA AL DESARROLLO HUMANO INTEGRAL. EL EVANGELIO ES UN ELEMENTO FUNDAMENTAL DEL DESARROLLO PORQUE, EN ÉL, CRISTO, «EN LA MISMA REVELACIÓN DEL MISTERIO DEL PADRE Y DE SU AMOR, MANIFIESTA PLENAMENTE EL HOMBRE AL PROPIO HOMBRE»[45].

CON LAS ENSEÑANZAS DE SU SEÑOR, LA IGLESIA ESCRUTA LOS SIGNOS DE LOS TIEMPOS, LOS INTERPRETA Y OFRECE AL MUNDO «LO QUE ELLA POSEE COMO PROPIO: UNA VISIÓN GLOBAL DEL HOMBRE Y DE LA HUMANIDAD»[46]. PRECISAMENTE PORQUE DIOS PRONUNCIA EL «SÍ» MÁS GRANDE AL HOMBRE[47], EL HOMBRE NO PUEDE DEJAR DE ABRIRSE A LA VOCACIÓN DIVINA PARA REALIZAR EL PROPIO DESARROLLO. LA VERDAD DEL DESARROLLO CONSISTE EN SU TOTALIDAD: SI NO ES DE TODO EL HOMBRE Y DE TODOS LOS HOMBRES, NO ES VERDADERO DESARROLLO… EL DESARROLLO HUMANO INTEGRAL EN EL PLANO NATURAL, AL SER RESPUESTA A UNA VOCACIÓN DE DIOS CREADOR[48], REQUIERE SU AUTENTIFICACIÓN EN «UN HUMANISMO TRASCENDENTAL, QUE DA [AL HOMBRE] SU MAYOR PLENITUD; ÉSTA ES LA FINALIDAD SUPREMA DEL DESARROLLO PERSONAL»[49]. Por tanto, lA VOCACIÓN CRISTIANA A DICHO DESARROLLO ABARCA TANTO EL PLANO NATURAL COMO EL SOBRENATURAL; ÉSTE ES EL MOTIVO POR EL QUE, «CUANDO DIOS QUEDA ECLIPSADO, NUESTRA CAPACIDAD DE RECONOCER EL ORDEN NATURAL, LA FINALIDAD Y EL “BIEN”, EMPIEZA A DISIPARSE»[50].

19. El subdesarrollo tiene una causa más importante: «la falta de fraternidad entre los hombres y entre los pueblos»[52]. Esta FRATERNIDAD, ¿PODRÁN LOGRARLA ALGUNA VEZ LOS HOMBRES POR SÍ SOLOS? LA SOCIEDAD CADA VEZ MÁS GLOBALIZADA NOS HACE MÁS CERCANOS, PERO NO MÁS HERMANOS. LA RAZÓN, POR SÍ SOLA, ES CAPAZ DE ACEPTAR LA IGUALDAD ENTRE LOS HOMBRES Y DE ESTABLECER UNA CONVIVENCIA CÍVICA ENTRE ELLOS, PERO NO CONSIGUE FUNDAR LA HERMANDAD. ÉSTA NACE DE UNA VOCACIÓN TRANSCENDENTE DE DIOS PADRE, EL PRIMERO QUE NOS HA AMADO, Y QUE NOS HA ENSEÑADO MEDIANTE EL HIJO LO QUE ES LA CARIDAD FRATERNA.

23. Hoy, muchas áreas del planeta se han desarrollado, aunque de modo problemático y desigual, entrando a formar parte del grupo de las grandes potencias destinado a jugar un papel importante en el futuro. Pero se ha de subrayar que NO BASTA PROGRESAR SÓLO DESDE EL PUNTO DE VISTA ECONÓMICO Y TECNOLÓGICO. EL DESARROLLO NECESITA SER ANTE TODO AUTÉNTICO E INTEGRAL. El salir del atraso económico, algo en sí mismo positivo, no soluciona la problemática compleja de la promoción del hombre, ni en los países protagonistas de estos adelantos, ni en los países económicamente ya desarrollados, ni en los que todavía son pobres, los cuales PUEDEN SUFRIR, ADEMÁS DE ANTIGUAS FORMAS DE EXPLOTACIÓN, LAS CONSECUENCIAS NEGATIVAS QUE SE DERIVAN DE UN CRECIMIENTO MARCADO POR DESVIACIONES Y DESEQUILIBRIOS.

29. DIOS ES EL GARANTE DEL VERDADERO DESARROLLO DEL HOMBRE EN CUANTO, HABIÉNDOLO CREADO A SU IMAGEN, FUNDA TAMBIÉN SU DIGNIDAD TRASCENDENTE Y ALIMENTA SU ANHELO CONSTITUTIVO DE «SER MÁS». EL SER HUMANO NO ES UN ÁTOMO PERDIDO EN UN UNIVERSO CASUAL[70], SINO UNA CRIATURA DE DIOS, A QUIEN ÉL HA QUERIDO DAR UN ALMA INMORTAL Y AL QUE HA AMADO DESDE SIEMPRE. SI EL HOMBRE FUERA FRUTO SÓLO DEL AZAR O LA NECESIDAD, O SI TUVIERA QUE REDUCIR SUS ASPIRACIONES AL HORIZONTE ANGOSTO DE LAS SITUACIONES EN QUE VIVE, SI TODO FUERA ÚNICAMENTE HISTORIA Y CULTURA, Y EL HOMBRE NO TUVIERA UNA NATURALEZA DESTINADA A TRANSCENDERSE EN UNA VIDA SOBRENATURAL, PODRÍA HABLARSE DE INCREMENTO O DE EVOLUCIÓN, PERO NO DE DESARROLLO. CUANDO EL ESTADO PROMUEVE, ENSEÑA, O INCLUSO IMPONE FORMAS DE ATEÍSMO PRÁCTICO, PRIVA A SUS CIUDADANOS DE LA FUERZA MORAL Y ESPIRITUAL INDISPENSABLE PARA COMPROMETERSE EN EL DESARROLLO HUMANO INTEGRAL Y LES IMPIDE AVANZAR CON RENOVADO DINAMISMO EN SU COMPROMISO EN FAVOR DE UNA RESPUESTA HUMANA MÁS GENEROSA AL AMOR DIVINO[71]. Y también se da el caso de que PAÍSES ECONÓMICAMENTE DESARROLLADOS o emergentes EXPORTEN a los países pobres, en el contexto de sus relaciones culturales, comerciales y políticas, ESTA VISIÓN RESTRINGIDA DE LA PERSONA Y SU DESTINO. ÉSTE ES EL DAÑO QUE EL «SUPERDESARROLLO»[72] PRODUCE AL DESARROLLO AUTÉNTICO, CUANDO VA ACOMPAÑADO POR EL «SUBDESARROLLO MORAL»[73].

30. En esta línea, EL TEMA DEL DESARROLLO HUMANO INTEGRAL ADQUIERE UN ALCANCE AÚN MÁS COMPLEJO: la correlación entre sus múltiples elementos EXIGE UN ESFUERZO PARA QUE LOS DIFERENTES ÁMBITOS DEL SABER HUMANO SEAN INTERACTIVOS, CON VISTAS A LA PROMOCIÓN DE UN VERDADERO DESARROLLO DE LOS PUEBLOS. Con frecuencia, SE CREE QUE BASTA APLICAR EL DESARROLLO O LAS MEDIDAS SOCIOECONÓMICAS CORRESPONDIENTES MEDIANTE UNA ACTUACIÓN COMÚN. SIN EMBARGO, ESTE ACTUAR COMÚN NECESITA SER ORIENTADO, PORQUE «TODA ACCIÓN SOCIAL IMPLICA UNA DOCTRINA»[74]. Teniendo en cuenta la complejidad de los problemas, es obvio que las diferentes disciplinas deben colaborar en una interdisciplinariedad ordenada. LA CARIDAD NO EXCLUYE EL SABER, MÁS BIEN LO EXIGE, LO PROMUEVE Y LO ANIMA DESDE DENTRO. EL SABER NUNCA ES SÓLO OBRA DE LA INTELIGENCIA. Ciertamente, puede reducirse a cálculo y experimentación, pero SI QUIERE SER SABIDURÍA CAPAZ DE ORIENTAR AL HOMBRE A LA LUZ DE LOS PRIMEROS PRINCIPIOS Y DE SU FIN ÚLTIMO, HA DE SER «SAZONADO» CON LA «SAL» DE LA CARIDAD. SIN EL SABER, EL HACER ES CIEGO, Y EL SABER ES ESTÉRIL SIN EL AMOR. En efecto, «el que está animado de una verdadera caridad es ingenioso para descubrir las causas de la miseria, para encontrar los medios de combatirla, para vencerla con intrepidez»[75]. Al afrontar los fenómenos que tenemos delante, la caridad en la verdad exige ante todo conocer y entender, conscientes y respetuosos de la competencia específica de cada ámbito del saber. La caridad no es una añadidura posterior, casi como un apéndice al trabajo ya concluido de las diferentes disciplinas, sino que dialoga con ellas desde el principio. LAS EXIGENCIAS DEL AMOR NO CONTRADICEN LAS DE LA RAZÓN. EL SABER HUMANO ES INSUFICIENTE Y LAS CONCLUSIONES DE LAS CIENCIAS NO PODRÁN INDICAR POR SÍ SOLAS LA VÍA HACIA EL DESARROLLO INTEGRAL DEL HOMBRE. SIEMPRE HAY QUE LANZARSE MÁS ALLÁ: LO EXIGE LA CARIDAD EN LA VERDAD[76]. Pero ir más allá nunca significa prescindir de las conclusiones de la razón, ni contradecir sus resultados. NO EXISTE LA INTELIGENCIA Y DESPUÉS EL AMOR: EXISTE EL AMOR RICO EN INTELIGENCIA Y LA INTELIGENCIA LLENA DE AMOR.

31. Esto significa que LA VALORACIÓN MORAL Y LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA DEBEN CRECER JUNTAS, y que la caridad ha de animarlas en un conjunto interdisciplinar armónico, hecho de unidad y distinción. … una de las causas del subdesarrollo es una falta de sabiduría, de reflexión, de pensamiento capaz de elaborar una síntesis orientadora[78], y que REQUIERE «UNA CLARA VISIÓN DE TODOS LOS ASPECTOS ECONÓMICOS, SOCIALES, CULTURALES Y ESPIRITUALES»[79]. La excesiva sectorización del saber[80], el cerrarse de las ciencias humanas a la metafísica[81], las dificultades del diálogo entre las ciencias y la teología, no sólo dañan el desarrollo del saber, sino también el desarrollo de los pueblos, pues, cuando eso ocurre, SE OBSTACULIZA LA VISIÓN DE TODO EL BIEN DEL HOMBRE EN LAS DIFERENTES DIMENSIONES QUE LO CARACTERIZAN.

32. Las grandes novedades que presenta hoy el cuadro del desarrollo de los pueblos plantean en muchos casos la exigencia de NUEVAS SOLUCIONES. Éstas HAN DE BUSCARSE, A LA VEZ, EN EL RESPETO DE LAS LEYES PROPIAS DE CADA COSA Y A LA LUZ DE UNA VISIÓN INTEGRAL DEL HOMBRE QUE REFLEJE LOS DIVERSOS ASPECTOS DE LA PERSONA HUMANA, CONSIDERADA CON LA MIRADA PURIFICADA POR LA CARIDAD. Así se descubrirán singulares convergencias y posibilidades concretas de solución, sin renunciar a ningún componente fundamental de la vida humana.

33. El estallido de la interdependencia planetaria, ya comúnmente llamada globalización… Surgido en los países económicamente desarrollados, este proceso ha implicado por su naturaleza a todas las economías. Ha sido el motor principal para que regiones enteras superaran el subdesarrollo y es, de por sí, una gran oportunidad. Sin embargo, SIN LA GUÍA DE LA CARIDAD EN LA VERDAD, ESTE IMPULSO PLANETARIO PUEDE CONTRIBUIR A CREAR RIESGO DE DAÑOS HASTA AHORA DESCONOCIDOS Y NUEVAS DIVISIONES EN LA FAMILIA HUMANA. Por eso, la caridad y la verdad nos plantean un compromiso inédito y creativo, ciertamente muy vasto y complejo. Se trata de ENSANCHAR LA RAZÓN Y HACERLA CAPAZ DE CONOCER Y ORIENTAR ESTAS NUEVAS E IMPONENTES DINÁMICAS, ANIMÁNDOLAS EN LA PERSPECTIVA DE ESA «CIVILIZACIÓN DEL AMOR», DE LA CUAL DIOS HA PUESTO LA SEMILLA EN CADA PUEBLO Y EN CADA CULTURA.

 34. EL SER HUMANO ESTÁ HECHO PARA EL DON, EL CUAL MANIFIESTA Y DESARROLLA SU DIMENSIÓN TRASCENDENTE. A veces, EL HOMBRE MODERNO TIENE LA ERRÓNEA CONVICCIÓN DE SER EL ÚNICO AUTOR DE SÍ MISMO, DE SU VIDA Y DE LA SOCIEDAD. Es una PRESUNCIÓN FRUTO DE LA CERRAZÓN EGOÍSTA EN SÍ MISMO, QUE PROCEDE —por decirlo con una expresión creyente— DEL PECADO DE LOS ORÍGENES. La sabiduría de la Iglesia ha invitado siempre a no olvidar la realidad del pecado original, ni siquiera en la interpretación de los fenómenos sociales y en la construcción de la sociedad: «IGNORAR QUE EL HOMBRE POSEE UNA NATURALEZA HERIDA, INCLINADA AL MAL, DA LUGAR A GRAVES ERRORES EN EL DOMINIO DE LA EDUCACIÓN, DE LA POLÍTICA, DE LA ACCIÓN SOCIAL Y DE LAS COSTUMBRES»[85]. Hace tiempo que la economía forma parte del conjunto de los ámbitos en que se manifiestan los efectos perniciosos del pecado. Nuestros días nos ofrecen una prueba evidente. CREERSE AUTOSUFICIENTE Y CAPAZ DE ELIMINAR POR SÍ MISMO EL MAL DE LA HISTORIA HA INDUCIDO AL HOMBRE A CONFUNDIR LA FELICIDAD Y LA SALVACIÓN CON FORMAS INMANENTES DE BIENESTAR MATERIAL Y DE ACTUACIÓN SOCIAL. Además, la EXIGENCIA de la economía de ser autónoma, DE NO ESTAR SUJETA A «INJERENCIAS» DE CARÁCTER MORAL, HA LLEVADO AL HOMBRE A ABUSAR de los instrumentos económicos INCLUSO DE MANERA DESTRUCTIVA. Con el pasar del tiempo, estas posturas han desembocado en sistemas económicos, sociales y políticos QUE HAN TIRANIZADO LA LIBERTAD DE LA PERSONA Y DE LOS ORGANISMOS SOCIALES Y QUE, PRECISAMENTE POR ESO, NO HAN SIDO CAPACES DE ASEGURAR LA JUSTICIA QUE PROMETÍAN.

Al ser un don recibido por todos, la caridad en la verdad es una fuerza que funda la comunidad, unifica a los hombres de manera que no haya barreras o confines. LA COMUNIDAD HUMANA PUEDE SER ORGANIZADA POR NOSOTROS MISMOS, PERO NUNCA PODRÁ SER SÓLO CON SUS PROPIAS FUERZAS UNA COMUNIDAD PLENAMENTE FRATERNA NI ASPIRAR A SUPERAR LAS FRONTERAS, O CONVERTIRSE EN UNA COMUNIDAD UNIVERSAL. LA UNIDAD DEL GÉNERO HUMANO, LA COMUNIÓN FRATERNA MÁS ALLÁ DE TODA DIVISIÓN, NACE DE LA PALABRA DE DIOS-AMOR QUE NOS CONVOCA.

42. A pesar de algunos aspectos estructurales innegables, pero que no se deben absolutizar, «LA GLOBALIZACIÓN NO ES, A PRIORI, NI BUENA NI MALA. SERÁ LO QUE LA GENTE HAGA DE ELLA»[104]. DEBEMOS SER SUS PROTAGONISTAS, NO LAS VÍCTIMAS, PROCEDIENDO RAZONABLEMENTE, GUIADOS POR LA CARIDAD Y LA VERDAD. Oponerse ciegamente a la globalización sería una actitud errónea, preconcebida, que acabaría por ignorar un proceso que tiene también aspectos positivos, con el riesgo de perder una gran ocasión para aprovechar las múltiples oportunidades de desarrollo que ofrece. El proceso de globalización, adecuadamente entendido y gestionado, ofrece la posibilidad de una gran redistribución de la riqueza a escala planetaria como nunca se ha visto antes; pero, SI SE GESTIONA MAL, PUEDE INCREMENTAR LA POBREZA Y LA DESIGUALDAD, CONTAGIANDO ADEMÁS CON UNA CRISIS A TODO EL MUNDO. Es necesario corregir las disfunciones, a veces graves, que causan nuevas divisiones entre los pueblos y en su interior, de modo que la redistribución de la riqueza no comporte una redistribución de la pobreza, e incluso la acentúe, como podría hacernos temer también una mala gestión de la situación actual…La globalización es un fenómeno multidimensional y polivalente, que exige ser comprendido en la diversidad y en la unidad de todas sus dimensiones, incluida la teológica. Esto consentirá vivir y orientar la globalización de la humanidad en términos de relacionalidad, comunión y participación.

48. SE HA DE SUBRAYAR QUE ES CONTRARIO AL VERDADERO DESARROLLO CONSIDERAR LA NATURALEZA COMO MÁS IMPORTANTE QUE LA PERSONA HUMANA MISMA. ESTA POSTURA CONDUCE A ACTITUDES NEOPAGANAS O DE NUEVO PANTEÍSMO: LA SALVACIÓN DEL HOMBRE NO PUEDE VENIR ÚNICAMENTE DE LA NATURALEZA, ENTENDIDA EN SENTIDO PURAMENTE NATURALISTA.  Por otra parte, TAMBIÉN ES NECESARIO REFUTAR LA POSICIÓN CONTRARIA, QUE MIRA A SU COMPLETA TECNIFICACIÓN, porque EL AMBIENTE NATURAL NO ES SÓLO MATERIA DISPONIBLE A NUESTRO GUSTO, SINO OBRA ADMIRABLE DEL CREADOR Y QUE LLEVA EN SÍ UNA «GRAMÁTICA» QUE INDICA FINALIDAD Y CRITERIOS PARA UN USO INTELIGENTE, NO INSTRUMENTAL Y ARBITRARIO. Hoy, muchos perjuicios al desarrollo provienen en realidad de estas maneras de pensar distorsionadas. REDUCIR COMPLETAMENTE LA NATURALEZA A UN CONJUNTO DE SIMPLES DATOS FÁCTICOS ACABA SIENDO FUENTE DE VIOLENCIA PARA CON EL AMBIENTE, PROVOCANDO ADEMÁS CONDUCTAS QUE NO RESPETAN LA NATURALEZA DEL HOMBRE MISMO. Ésta, en cuanto se compone no sólo de materia, sino también de espíritu, y por tanto rica de significados y fines trascendentes, tiene un carácter normativo incluso para la cultura. EL HOMBRE INTERPRETA Y MODELA EL AMBIENTE NATURAL MEDIANTE LA CULTURA, LA CUAL ES ORIENTADA A SU VEZ POR LA LIBERTAD RESPONSABLE, ATENTA A LOS DICTÁMENES DE LA LEY MORAL. Por tanto, los proyectos para un desarrollo humano integral no pueden ignorar a las generaciones sucesivas, sino que han de caracterizarse por la solidaridad y la justicia intergeneracional, teniendo en cuenta múltiples aspectos, como el ecológico, el jurídico, el económico, el político y el cultural[117].

 53. UNA DE LAS POBREZAS MÁS HONDAS QUE EL HOMBRE PUEDE EXPERIMENTAR ES LA SOLEDAD. Ciertamente, también las otras pobrezas, incluidas las materiales, NACEN DEL AISLAMIENTO, DEL NO SER AMADOS O DE LA DIFICULTAD DE AMAR. Con frecuencia, son PROVOCADAS POR EL RECHAZO DEL AMOR DE DIOS, POR UNA TRAGEDIA ORIGINAL DE CERRAZÓN DEL HOMBRE EN SÍ MISMO, PENSANDO SER AUTOSUFICIENTE, O BIEN UN MERO HECHO INSIGNIFICANTE Y PASAJERO, UN «EXTRANJERO» EN UN UNIVERSO QUE SE HA FORMADO POR CASUALIDAD. El hombre está alienado cuando vive solo o se aleja de la realidad, cuando renuncia a pensar y creer en un Fundamento[125]. TODA LA HUMANIDAD ESTÁ ALIENADA CUANDO SE ENTREGA A PROYECTOS EXCLUSIVAMENTE HUMANOS, A IDEOLOGÍAS Y UTOPÍAS FALSAS[126]. Hoy la humanidad aparece mucho más interactiva que antes: esa mayor vecindad debe transformarse en verdadera comunión. El desarrollo de los pueblos depende sobre todo de que se reconozcan como parte de una sola familia, que colabora con verdadera comunión y está integrada por seres que no viven simplemente uno junto al otro[127].

Pablo VI señalaba que «EL MUNDO SE ENCUENTRA EN UN LAMENTABLE VACÍO DE IDEAS»[128].

59.  LAS SOCIEDADES TECNOLÓGICAMENTE AVANZADAS NO DEBEN CONFUNDIR EL PROPIO DESARROLLO TECNOLÓGICO CON UNA PRESUNTA SUPERIORIDAD CULTURAL, sino que deben redescubrir en sí mismas virtudes a veces olvidadas, que las han hecho florecer a lo largo de su historia.

68. El tema del desarrollo de los pueblos está íntimamente unido al del desarrollo de cada hombre. LA PERSONA HUMANA TIENDE POR NATURALEZA A SU PROPIO DESARROLLO. Éste no está garantizado por una serie de mecanismos naturales, sino que cada uno de nosotros es consciente de su capacidad de decidir libre y responsablemente. TAMPOCO SE TRATA DE UN DESARROLLO A MERCED DE NUESTRO CAPRICHO, YA QUE TODOS SABEMOS QUE SOMOS UN DON Y NO EL RESULTADO DE UNA AUTOGENERACIÓN. Nuestra libertad está originariamente caracterizada por nuestro ser, con sus propias limitaciones. NINGUNO DA FORMA A LA PROPIA CONCIENCIA DE MANERA ARBITRARIA, SINO QUE TODOS CONSTRUYEN SU PROPIO «YO» SOBRE LA BASE DE UN «SÍ MISMO» QUE NOS HA SIDO DADO. No sólo las demás personas se nos presentan como no disponibles, sino también nosotros para nosotros mismos. EL DESARROLLO DE LA PERSONA SE DEGRADA CUANDO ÉSTA PRETENDE SER LA ÚNICA CREADORA DE SÍ MISMA. De modo análogo, también EL DESARROLLO DE LOS PUEBLOS SE DEGRADA CUANDO LA HUMANIDAD PIENSA QUE PUEDE RECREARSE UTILIZANDO LOS «PRODIGIOS» DE LA TECNOLOGÍA. Lo mismo ocurre con el desarrollo económico, que se manifiesta ficticio y dañino cuando se apoya en los «prodigios» de las finanzas para sostener un crecimiento antinatural y consumista. Ante esta PRETENSIÓN PROMETEICA, HEMOS DE FORTALECER EL APRECIO POR UNA LIBERTAD NO ARBITRARIA, SINO VERDADERAMENTE HUMANIZADA POR EL RECONOCIMIENTO DEL BIEN QUE LA PRECEDE. PARA ALCANZAR ESTE OBJETIVO, ES NECESARIO QUE EL HOMBRE ENTRE EN SÍ MISMO PARA DESCUBRIR LAS NORMAS FUNDAMENTALES DE LA LEY MORAL NATURAL QUE DIOS HA INSCRITO EN SU CORAZÓN.

69. EL PROBLEMA DEL DESARROLLO EN LA ACTUALIDAD ESTÁ ESTRECHAMENTE UNIDO AL PROGRESO TECNOLÓGICO Y A SUS APLICACIONES DESLUMBRANTES EN CAMPO BIOLÓGICO. LA TÉCNICA — conviene subrayarlo — ES UN HECHO PROFUNDAMENTE HUMANO, VINCULADO A LA AUTONOMÍA Y LIBERTAD DEL HOMBRE. En la técnica se manifiesta y confirma el dominio del espíritu sobre la materia. «Siendo éste [el espíritu] “menos esclavo de las cosas, puede más fácilmente elevarse a la adoración y a la contemplación del Creador”»[150]. La técnica permite dominar la materia, reducir los riesgos, ahorrar esfuerzos, mejorar las condiciones de vida. Responde a la misma vocación del trabajo humano: en la técnica, vista como una obra del propio talento, el hombre se reconoce a sí mismo y realiza su propia humanidad. La técnica es el aspecto objetivo del actuar humano[151], cuyo origen y razón de ser está en el elemento subjetivo: el hombre que trabaja. Por eso, la técnica nunca es sólo técnica. Manifiesta quién es el hombre y cuáles son sus aspiraciones de desarrollo, expresa la tensión del ánimo humano hacia la superación gradual de ciertos condicionamientos materiales. La técnica, por lo tanto, se inserta en el mandato de cultivar y custodiar la tierra (cf. Gn 2,15), que Dios ha confiado al hombre, y se orienta a reforzar esa alianza entre ser humano y medio ambiente que debe reflejar el amor creador de Dios.

70. EL DESARROLLO TECNOLÓGICO PUEDE ALENTAR LA IDEA DE LA AUTOSUFICIENCIA DE LA TÉCNICA, CUANDO EL HOMBRE SE PREGUNTA SÓLO POR EL CÓMO, EN VEZ DE CONSIDERAR LOS PORQUÉS QUE LO IMPULSAN A ACTUAR. POR ESO, LA TÉCNICA TIENE UN ROSTRO AMBIGUO. NACIDA DE LA CREATIVIDAD HUMANA COMO INSTRUMENTO DE LA LIBERTAD DE LA PERSONA, PUEDE ENTENDERSE COMO ELEMENTO DE UNA LIBERTAD ABSOLUTA, QUE DESEA PRESCINDIR DE LOS LÍMITES INHERENTES A LAS COSAS. EL PROCESO DE GLOBALIZACIÓN PODRÍA SUSTITUIR LAS IDEOLOGÍAS POR LA TÉCNICA[152], TRANSFORMÁNDOSE ELLA MISMA EN UN PODER IDEOLÓGICO, QUE EXPONDRÍA A LA HUMANIDAD AL RIESGO DE ENCONTRARSE ENCERRADA DENTRO DE UN A PRIORI DEL CUAL NO PODRÍA SALIR PARA ENCONTRAR EL SER Y LA VERDAD. En ese caso, CADA UNO DE NOSOTROS CONOCERÍA, EVALUARÍA Y DECIDIRÍA LOS ASPECTOS DE SU VIDA DESDE UN HORIZONTE CULTURAL TECNOCRÁTICO, AL QUE PERTENECERÍAMOS ESTRUCTURALMENTE, SIN PODER ENCONTRAR JAMÁS UN SENTIDO QUE NO SEA PRODUCIDO POR NOSOTROS MISMOS. ESTA VISIÓN REFUERZA MUCHO HOY LA MENTALIDAD TECNICISTA, QUE HACE COINCIDIR LA VERDAD CON LO FACTIBLE. PERO CUANDO EL ÚNICO CRITERIO DE VERDAD ES LA EFICIENCIA Y LA UTILIDAD, SE NIEGA AUTOMÁTICAMENTE EL DESARROLLO. EN EFECTO, EL VERDADERO DESARROLLO NO CONSISTE PRINCIPALMENTE EN HACER. LA CLAVE DEL DESARROLLO ESTÁ EN UNA INTELIGENCIA CAPAZ DE ENTENDER LA TÉCNICA Y DE CAPTAR EL SIGNIFICADO PLENAMENTE HUMANO DEL QUEHACER DEL HOMBRE, SEGÚN EL HORIZONTE DE SENTIDO DE LA PERSONA CONSIDERADA EN LA GLOBALIDAD DE SU SER. Incluso cuando el hombre opera a través de un satélite o de un impulso electrónico a distancia, su actuar permanece siempre humano, expresión de una libertad responsable. LA TÉCNICA ATRAE FUERTEMENTE AL HOMBRE, PORQUE LO RESCATA DE LAS LIMITACIONES FÍSICAS Y LE AMPLÍA EL HORIZONTE. PERO LA LIBERTAD HUMANA ES ELLA MISMA SÓLO CUANDO RESPONDE A ESTA ATRACCIÓN DE LA TÉCNICA CON DECISIONES QUE SON FRUTO DE LA RESPONSABILIDAD MORAL. De ahí la necesidad apremiante de una formación para un uso ético y responsable de la técnica. Conscientes de esta atracción de la técnica sobre el ser humano, SE DEBE RECUPERAR EL VERDADERO SENTIDO DE LA LIBERTAD, QUE NO CONSISTE EN LA SEDUCCIÓN DE UNA AUTONOMÍA TOTAL, SINO EN LA RESPUESTA A LA LLAMADA DEL SER, COMENZANDO POR NUESTRO PROPIO SER.

71. ESTA POSIBLE DESVIACIÓN DE LA MENTALIDAD TÉCNICA DE SU ORIGINARIO CAUCE HUMANISTA SE MUESTRA HOY DE MANERA EVIDENTE EN LA TECNIFICACIÓN DEL DESARROLLO Y DE LA PAZ. EL DESARROLLO DE LOS PUEBLOS ES CONSIDERADO CON FRECUENCIA como un problema de ingeniería financiera, de apertura de mercados, de bajadas de impuestos, de inversiones productivas, de reformas institucionales, en definitiva COMO UNA CUESTIÓN EXCLUSIVAMENTE TÉCNICA. Sin duda, todos estos ámbitos tienen un papel muy importante, pero deberíamos preguntarnos por qué las decisiones de tipo técnico han funcionado hasta ahora sólo en parte. La causa es mucho más profunda. El desarrollo nunca estará plenamente garantizado por fuerzas que en gran medida son automáticas e impersonales, ya provengan de las leyes de mercado o de políticas de carácter internacional. EL DESARROLLO ES IMPOSIBLE SIN HOMBRES RECTOS, sin operadores económicos y agentes políticos QUE SIENTAN FUERTEMENTE EN SU CONCIENCIA LA LLAMADA AL BIEN COMÚN. SE NECESITA TANTO LA PREPARACIÓN PROFESIONAL COMO LA COHERENCIA MORAL. CUANDO PREDOMINA LA ABSOLUTIZACIÓN DE LA TÉCNICA SE PRODUCE UNA CONFUSIÓN ENTRE LOS FINES Y LOS MEDIOS, el empresario considera como único criterio de acción el máximo beneficio en la producción; el político, la consolidación del poder; el científico, el resultado de sus descubrimientos. Así, bajo esa red de relaciones económicas, financieras y políticas persisten frecuentemente incomprensiones, malestar e injusticia; los flujos de conocimientos técnicos aumentan, pero en beneficio de sus propietarios, mientras que la situación real de las poblaciones que viven bajo y casi siempre al margen de estos flujos, permanece inalterada, sin posibilidades reales de emancipación.

72. TAMBIÉN LA PAZ CORRE A VECES EL RIESGO DE SER CONSIDERADA COMO UN PRODUCTO DE LA TÉCNICA, fruto exclusivamente de los acuerdos entre los gobiernos o de iniciativas tendentes a asegurar ayudas económicas eficaces. Es cierto que la construcción de la paz necesita una red constante de contactos diplomáticos, intercambios económicos y tecnológicos, encuentros culturales, acuerdos en proyectos comunes, como también que se adopten compromisos compartidos para alejar las amenazas de tipo bélico o cortar de raíz las continuas tentaciones terroristas. No obstante, PARA QUE ESOS ESFUERZOS PRODUZCAN EFECTOS DURADEROS, ES NECESARIO QUE SE SUSTENTEN EN VALORES FUNDAMENTADOS EN LA VERDAD DE LA VIDA.

73. EL DESARROLLO TECNOLÓGICO ESTÁ RELACIONADO CON LA INFLUENCIA CADA VEZ MAYOR DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL. Es casi imposible imaginar ya la existencia de la familia humana sin su presencia. Para bien o para mal, se han introducido de tal manera en la vida del mundo, que PARECE REALMENTE ABSURDA LA POSTURA DE QUIENES DEFIENDEN SU NEUTRALIDAD Y, consiguientemente, REIVINDICAN SU AUTONOMÍA CON RESPECTO A LA MORAL DE LAS PERSONAS. Muchas veces, tendencias de este tipo, que enfatizan la naturaleza estrictamente técnica de estos medios, FAVORECEN DE HECHO SU SUBORDINACIÓN A LOS INTERESES ECONÓMICOS, al dominio de los mercados, SIN OLVIDAR EL DESEO DE IMPONER PARÁMETROS CULTURALES EN FUNCIÓN DE PROYECTOS DE CARÁCTER IDEOLÓGICO Y POLÍTICO. DADA LA IMPORTANCIA FUNDAMENTAL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN en determinar los cambios en el modo de percibir y de conocer la realidad y la persona humana misma, SE HACE NECESARIA UNA SERIA REFLEXIÓN SOBRE SU INFLUJO, ESPECIALMENTE SOBRE LA DIMENSIÓN ÉTICO-CULTURAL de la globalización y el desarrollo solidario de los pueblos. Al igual que ocurre con la correcta gestión de la globalización y el desarrollo, EL SENTIDO Y LA FINALIDAD DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DEBE BUSCARSE EN SU FUNDAMENTO ANTROPOLÓGICO. Esto quiere decir que PUEDEN SER OCASIÓN DE HUMANIZACIÓN no sólo cuando, gracias al desarrollo tecnológico, ofrecen mayores posibilidades para la comunicación y la información, sino sobre todo cuando se organizan y se orientan bajo la luz de una imagen de la persona y el bien común que refleje sus valores universales. EL MERO HECHO DE QUE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL MULTIPLIQUEN LAS POSIBILIDADES DE INTERCONEXIÓN y de circulación de ideas, NO FAVORECE LA LIBERTAD ni globaliza el desarrollo y la democracia para todos. Para alcanzar estos objetivos SE NECESITA QUE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN ESTÉN CENTRADOS EN LA PROMOCIÓN DE LA DIGNIDAD DE LAS PERSONAS Y DE LOS PUEBLOS, QUE ESTÉN EXPRESAMENTE ANIMADOS POR LA CARIDAD Y SE PONGAN AL SERVICIO DE LA VERDAD, DEL BIEN Y DE LA FRATERNIDAD NATURAL Y SOBRENATURAL. En efecto, la libertad humana está intrínsecamente ligada a estos valores superiores. Los medios pueden ofrecer una valiosa ayuda al aumento de la comunión en la familia humana y al ethos de la sociedad, cuando se convierten en instrumentos que promueven la participación universal en la búsqueda común de lo que es justo.

74. EN LA ACTUALIDAD, LA BIOÉTICA ES UN CAMPO PRIORITARIO Y CRUCIAL EN LA LUCHA CULTURAL ENTRE EL ABSOLUTISMO DE LA TÉCNICA Y LA RESPONSABILIDAD MORAL, Y EN EL QUE ESTÁ EN JUEGO LA POSIBILIDAD DE UN DESARROLLO HUMANO E INTEGRAL. ÉSTE ES UN ÁMBITO MUY DELICADO Y DECISIVO, DONDE SE PLANTEA CON TODA SU FUERZA DRAMÁTICA LA CUESTIÓN FUNDAMENTAL: SI EL HOMBRE ES UN PRODUCTO DE SÍ MISMO O SI DEPENDE DE DIOS. LOS DESCUBRIMIENTOS CIENTÍFICOS EN ESTE CAMPO Y LAS POSIBILIDADES DE UNA INTERVENCIÓN TÉCNICA HAN CRECIDO TANTO QUE PARECEN IMPONER LA ELECCIÓN ENTRE ESTOS DOS TIPOS DE RAZÓN: UNA RAZÓN ABIERTA A LA TRASCENDENCIA O UNA RAZÓN ENCERRADA EN LA INMANENCIA. Estamos ante un aut aut decisivo. Pero la racionalidad del quehacer técnico centrada sólo en sí misma se revela como irracional, porque comporta un rechazo firme del sentido y del valor. Por ello, LA CERRAZÓN A LA TRASCENDENCIA TROPIEZA CON LA DIFICULTAD DE PENSAR CÓMO ES POSIBLE QUE DE LA NADA HAYA SURGIDO EL SER Y DE LA CASUALIDAD LA INTELIGENCIA[153]. Ante estos problemas tan dramáticos, RAZÓN Y FE SE AYUDAN MUTUAMENTE. SÓLO JUNTAS SALVARÁN AL HOMBRE. ATRAÍDA POR EL PURO QUEHACER TÉCNICO, LA RAZÓN SIN LA FE SE VE AVOCADA A PERDERSE EN LA ILUSIÓN DE SU PROPIA OMNIPOTENCIA. LA FE SIN LA RAZÓN CORRE EL RIESGO DE ALEJARSE DE LA VIDA CONCRETA DE LAS PERSONAS[154].

75. Pablo VI había percibido y señalado ya el alcance mundial de la cuestión social[155]. Siguiendo esta línea, hoy es preciso afirmar que la cuestión social se ha convertido radicalmente en una CUESTIÓN ANTROPOLÓGICA, EN EL SENTIDO DE QUE IMPLICA NO SÓLO EL MODO MISMO DE CONCEBIR, SINO TAMBIÉN DE MANIPULAR LA VIDA, CADA DÍA MÁS EXPUESTA POR LA BIOTECNOLOGÍA A LA INTERVENCIÓN DEL HOMBRE. LA FECUNDACIÓN IN VITRO, LA INVESTIGACIÓN CON EMBRIONES, LA POSIBILIDAD DE LA CLONACIÓN Y DE LA HIBRIDACIÓN HUMANA NACEN Y SE PROMUEVEN EN LA CULTURA ACTUAL DEL DESENCANTO TOTAL, QUE CREE HABER DESVELADO CUALQUIER MISTERIO, PUESTO QUE SE HA LLEGADO YA A LA RAÍZ DE LA VIDA. ES AQUÍ DONDE EL ABSOLUTISMO DE LA TÉCNICA ENCUENTRA SU MÁXIMA EXPRESIÓN. EN ESTE TIPO DE CULTURA, LA CONCIENCIA ESTÁ LLAMADA ÚNICAMENTE A TOMAR NOTA DE UNA MERA POSIBILIDAD TÉCNICA.

Pero NO HAN DE MINIMIZARSE LOS ESCENARIOS INQUIETANTES PARA EL FUTURO DEL HOMBRE, NI LOS NUEVOS Y POTENTES INSTRUMENTOS QUE LA «CULTURA DE LA MUERTE» TIENE A SU DISPOSICIÓN. A LA PLAGA DIFUSA, TRÁGICA, DEL ABORTO, PODRÍA AÑADIRSE EN EL FUTURO, AUNQUE YA SUBREPTICIAMENTE IN NUCE, UNA SISTEMÁTICA PLANIFICACIÓN EUGENÉSICA DE LOS NACIMIENTOS. Por otro lado, SE VA ABRIENDO PASO UNA MENS EUTANASICA, MANIFESTACIÓN NO MENOS ABUSIVA DEL DOMINIO SOBRE LA VIDA, QUE EN CIERTAS CONDICIONES YA NO SE CONSIDERA DIGNA DE SER VIVIDA.

DETRÁS DE ESTOS ESCENARIOS HAY PLANTEAMIENTOS CULTURALES QUE NIEGAN LA DIGNIDAD HUMANA. A su vez, estas prácticas FOMENTAN UNA CONCEPCIÓN MATERIALISTA Y MECANICISTA DE LA VIDA HUMANA. ¿QUIÉN PUEDE CALCULAR LOS EFECTOS NEGATIVOS SOBRE EL DESARROLLO DE ESTA MENTALIDAD? ¿Cómo podemos extrañarnos de la indiferencia ante tantas situaciones humanas degradantes, si la indiferencia caracteriza nuestra actitud ante lo que es humano y lo que no lo es? SORPRENDE LA SELECCIÓN ARBITRARIA DE AQUELLO QUE HOY SE PROPONE COMO DIGNO DE RESPETO. MUCHOS, DISPUESTOS A ESCANDALIZARSE POR COSAS SECUNDARIAS, PARECEN TOLERAR INJUSTICIAS INAUDITAS. Mientras los pobres del mundo siguen llamando a la puerta de la opulencia, el mundo rico corre el riesgo de no escuchar ya estos golpes a su puerta, debido a una conciencia incapaz de reconocer lo humano. DIOS REVELA EL HOMBRE AL HOMBRE; LA RAZÓN Y LA FE COLABORAN A LA HORA DE MOSTRARLE EL BIEN, CON TAL QUE LO QUIERA VER; LA LEY NATURAL, EN LA QUE BRILLA LA RAZÓN CREADORA, INDICA LA GRANDEZA DEL HOMBRE, PERO TAMBIÉN SU MISERIA, CUANDO DESCONOCE EL RECLAMO DE LA VERDAD MORAL.

76. UNO DE LOS ASPECTOS DEL ACTUAL ESPÍRITU TECNICISTA SE PUEDE APRECIAR EN LA PROPENSIÓN A CONSIDERAR LOS PROBLEMAS Y LOS FENÓMENOS QUE TIENEN QUE VER CON LA VIDA INTERIOR SÓLO DESDE UN PUNTO DE VISTA PSICOLÓGICO, E INCLUSO MERAMENTE NEUROLÓGICO. DE ESTA MANERA, LA INTERIORIDAD DEL HOMBRE SE VACÍA Y EL SER CONSCIENTES DE LA CONSISTENCIA ONTOLÓGICA DEL ALMA HUMANA, CON LAS PROFUNDIDADES QUE LOS SANTOS HAN SABIDO SONDEAR, SE PIERDE PROGRESIVAMENTE

EL PROBLEMA DEL DESARROLLO ESTÁ ESTRECHAMENTE RELACIONADO CON EL CONCEPTO QUE TENGAMOS DEL ALMA DEL HOMBRE, YA QUE NUESTRO YO SE VE REDUCIDO MUCHAS VECES A LA PSIQUE, Y LA SALUD DEL ALMA SE CONFUNDE CON EL BIENESTAR EMOTIVO.

ESTAS REDUCCIONES TIENEN SU ORIGEN EN UNA PROFUNDA INCOMPRENSIÓN DE LO QUE ES LA VIDA ESPIRITUAL Y LLEVAN A IGNORAR QUE EL DESARROLLO DEL HOMBRE Y DE LOS PUEBLOS DEPENDE TAMBIÉN DE LAS SOLUCIONES QUE SE DAN A LOS PROBLEMAS DE CARÁCTER ESPIRITUAL. EL DESARROLLO DEBE ABARCAR, ADEMÁS DE UN PROGRESO MATERIAL, UNO ESPIRITUAL, PORQUE EL HOMBRE ES «UNO EN CUERPO Y ALMA»[156], NACIDO DEL AMOR CREADOR DE DIOS Y DESTINADO A VIVIR ETERNAMENTE. EL SER HUMANO SE DESARROLLA CUANDO CRECE ESPIRITUALMENTE, CUANDO SU ALMA SE CONOCE A SÍ MISMA Y LA VERDAD QUE DIOS HA IMPRESO GERMINALMENTE EN ELLA, CUANDO DIALOGA CONSIGO MISMO Y CON SU CREADOR. LEJOS DE DIOS, EL HOMBRE ESTÁ INQUIETO Y SE HACE FRÁGIL. La alienación social y psicológica, y las numerosas neurosis que caracterizan las sociedades opulentas, remiten también a este tipo de causas espirituales. UNA SOCIEDAD DEL BIENESTAR, MATERIALMENTE DESARROLLADA, PERO QUE OPRIME EL ALMA, NO ESTÁ EN SÍ MISMA BIEN ORIENTADA HACIA UN AUTÉNTICO DESARROLLO. Las nuevas formas de esclavitud, como la droga, y la desesperación en la que caen tantas personas, tienen una explicación no sólo sociológica o psicológica, sino esencialmente espiritual. El vacío en que el alma se siente abandonada, contando incluso con numerosas terapias para el cuerpo y para la psique, hace sufrir. NO HAY DESARROLLO PLENO NI UN BIEN COMÚN UNIVERSAL SIN EL BIEN ESPIRITUAL Y MORAL DE LAS PERSONAS, CONSIDERADAS EN SU TOTALIDAD DE ALMA Y CUERPO.

77. EL ABSOLUTISMO DE LA TÉCNICA TIENDE A PRODUCIR UNA INCAPACIDAD DE PERCIBIR TODO AQUELLO QUE NO SE EXPLICA CON LA PURA MATERIA. Sin embargo, TODOS LOS HOMBRES TIENEN EXPERIENCIA DE TANTOS ASPECTOS INMATERIALES Y ESPIRITUALES DE SU VIDA. CONOCER NO ES SÓLO UN ACTO MATERIAL, PORQUE LO CONOCIDO ESCONDE SIEMPRE ALGO QUE VA MÁS ALLÁ DEL DATO EMPÍRICO. Todo conocimiento, hasta el más simple, es siempre un pequeño prodigio, porque nunca se explica completamente con los elementos materiales que empleamos.

En toda verdad hay siempre algo más de lo que cabía esperar, en el amor que recibimos hay siempre algo que nos sorprende. Jamás deberíamos dejar de sorprendernos ante estos prodigios. EN TODO CONOCIMIENTO Y ACTO DE AMOR, EL ALMA DEL HOMBRE EXPERIMENTA UN «MÁS» QUE SE ASEMEJA MUCHO A UN DON RECIBIDO, A UNA ALTURA A LA QUE SE NOS LLEVA. También el desarrollo del hombre y de los pueblos alcanza un nivel parecido, si consideramos la dimensión espiritual que debe incluir necesariamente el desarrollo para ser auténtico. Para ello SE NECESITAN UNOS OJOS NUEVOS Y UN CORAZÓN NUEVO, QUE SUPEREN LA VISIÓN MATERIALISTA DE LOS ACONTECIMIENTOS HUMANOS Y QUE VISLUMBREN EN EL DESARROLLO ESE «ALGO MÁS» QUE LA TÉCNICA NO PUEDE OFRECER. POR ESTE CAMINO SE PODRÁ CONSEGUIR AQUEL DESARROLLO HUMANO E INTEGRAL, CUYO CRITERIO ORIENTADOR SE HALLA EN LA FUERZA IMPULSORA DE LA CARIDAD EN LA VERDAD.

78. SIN DIOS EL HOMBRE NO SABE A DÓNDE IR NI TAMPOCO LOGRA ENTENDER QUIÉN ESANTE LOS GRANDES PROBLEMAS DEL DESARROLLO DE LOS PUEBLOS, QUE NOS IMPULSAN CASI AL DESASOSIEGO Y AL ABATIMIENTO, VIENE EN NUESTRO AUXILIO LA PALABRA DE JESUCRISTO, QUE NOS HACE SABER: «SIN MÍ NO PODÉIS HACER NADA» (JN 15,5). Y NOS ANIMA: «YO ESTOY CON VOSOTROS TODOS LOS DÍAS, HASTA EL FINAL DEL MUNDO» (Mt 28,20).

Ante el ingente trabajo que queda por hacer, LA FE EN LA PRESENCIA DE DIOS NOS SOSTIENE, junto con los que se unen en su nombre y trabajan por la justicia. Pablo VI nos ha recordado en la Populorum progressio que EL HOMBRE NO ES CAPAZ DE GOBERNAR POR SÍ MISMO SU PROPIO PROGRESO, PORQUE ÉL SOLO NO PUEDE FUNDAR UN VERDADERO HUMANISMO.

SÓLO SI PENSAMOS QUE SE NOS HA LLAMADO INDIVIDUALMENTE Y COMO COMUNIDAD A FORMAR PARTE DE LA FAMILIA DE DIOS COMO HIJOS SUYOS, SEREMOS CAPACES DE FORJAR UN PENSAMIENTO NUEVO Y SACAR NUEVAS ENERGÍAS AL SERVICIO DE UN HUMANISMO ÍNTEGRO Y VERDADERO.

Por tanto, LA FUERZA MÁS PODEROSA AL SERVICIO DEL DESARROLLO ES UN HUMANISMO CRISTIANO,[157] QUE VIVIFIQUE LA CARIDAD Y QUE SE DEJE GUIAR POR LA VERDAD, ACOGIENDO UNA Y OTRA COMO UN DON PERMANENTE DE DIOS. La disponibilidad para con Dios provoca la disponibilidad para con los hermanos y una vida entendida como una tarea solidaria y gozosa. Al contrario, LA CERRAZÓN IDEOLÓGICA A DIOS Y EL INDIFERENTISMO ATEO, QUE OLVIDA AL CREADOR Y CORRE EL PELIGRO DE OLVIDAR TAMBIÉN LOS VALORES HUMANOS, SE PRESENTAN HOY COMO UNO DE LOS MAYORES OBSTÁCULOS PARA EL DESARROLLO. EL HUMANISMO QUE EXCLUYE A DIOS ES UN HUMANISMO INHUMANO.

SOLAMENTE UN HUMANISMO ABIERTO AL ABSOLUTO NOS PUEDE GUIAR EN LA PROMOCIÓN Y REALIZACIÓN DE FORMAS DE VIDA SOCIAL Y CIVIL —en el ámbito de las estructuras, las instituciones, la cultura y el ethos—, PROTEGIÉNDONOS DEL RIESGO DE QUEDAR APRESADOS POR LAS MODAS DEL MOMENTO.

La conciencia del amor indestructible de Dios es la que nos sostiene en el duro y apasionante compromiso por la justicia, por el desarrollo de los pueblos, entre éxitos y fracasos, y en la tarea constante de dar un recto ordenamiento a las realidades humanas. El amor de Dios nos invita a salir de lo que es limitado y no definitivo, nos da valor para trabajar y seguir en busca del bien de todos, aun cuando no se realice inmediatamente, aun cuando lo que consigamos nosotros, las autoridades políticas y los agentes económicos, sea siempre menos de lo que anhelamos[158].
BENEDICTO XVI

[1] Cf. Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio (26 marzo 1967), 22: AAS 59 (1967), 268; Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, 69.
[2] Homilía para la «Jornada del desarrollo» ( 23 agosto 1968): AAS 60 (1968), 626-627.
[3] Cf. Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2002AAS 94 (2002), 132-140.
[4] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, 26.
[5] Cf. Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terris (11 abril 1963): AAS 55 (1963), 268-270.
[6] Cf. n. 16: l.c., 265.
[7] Cf. ibíd., 82: l.c., 297.
[8] Ibíd., 42: l.c., 278.
[9] Ibíd., 20: l.c., 267.
[10] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, 36; Pablo VI, Carta ap. Octogesima adveniens (14 mayo 1971), 4: AAS 63 (1971), 403-404; Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus (1 mayo 1991), 43: AAS 83 (1991), 847.
[11] Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 13: l.c., 263-264.
[12] Cf. Consejo Pontificio de Justicia y Paz, Compendio de la doctrina social de la Iglesia, n. 76.
[13] Cf. Discurso en la inauguración de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (13 mayo 2007): L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (25 mayo 2007), pp. 9-11.
[14] Cf. nn. 3-5: l.c., 258-260.
[15] Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis (30 diciembre 1987) 6-7: AAS 80 (1988), 517-519.
[16] Cf. Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 14: l.c., 264.
[17] Carta enc. Deus caritas est (25 diciembre 2005), 18: AAS 98 (2006), 232.
[18] Ibíd., 6: l.c., 222.
[19] Cf. Discurso a la Curia Romana con motivo de las felicitaciones navideñas (22 diciembre 2005)L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (30 diciembre 2005), pp. 9-12.
[20] Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 3: l.c., 515.
[21] Cf. ibíd., 1: l.c., 513-514.
[22] Cf. ibíd., 3: l.c., 515.
[23] Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Laborem exercens (14 septiembre 1981), 3: AAS 73 (1981), 583-584.
[24] Cf. Id., Carta enc. Centesimus annus, 3: l.c., 794-796.
[25] Cf. Carta enc. Populorum progressio, 3: l.c., 258.
[26] Cf. ibíd., 34: l.c., 274.
[27] Cf. nn. 8-9: AAS 60 (1968), 485-487; Benedicto XVI, Discurso a los participantes en el Congreso Internacional con ocasión del 40 aniversario de la encíclica «Humanae vitae» (10 mayo 2008): L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (16 mayo 2008), p. 8.
[28] Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Evangelium vitae (25 marzo 1995), 93: AAS  87 (1995), 507-508.
[29] Ibíd., 101l.c., 516-518.
[30] N. 29: AAS 68 (1976), 25.
[31] Ibíd., 31: l.c., 26.
[32] Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 41: l.c., 570-572.
[33] Ibíd.; Id., Carta enc. Centesimus annus, 554l.c., 799. 859-860.
[34] N. 15: l.c., 265.
[35] Cf. ibíd., 2: l.c., 258; León XIII, Carta enc. Rerum novarum (15 mayo 1891): Leonis XIII P.M. Acta, XI, Romae 1892, 97-144; Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 8: l.c., 519-520; Id., Carta enc. Centesimus annus, 5: l.c., 799.
[36] Cf. Carta enc. Populorum progressio, 2. 13: l.c., 258. 263-264.
[37] Ibíd., 42: l.c., 278.
[38] Ibíd., 11: l.c., 262; Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 25: l.c., 822-824.
[39] Carta enc. Populorum progressio, 15: l.c., 265.
[40] Ibíd., 3: l.c., 258.
[41] Ibíd., 6: l.c., 260.
[42] Ibíd., 14: l.c., 264.
[43] Ibíd.; cf. Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 53-62: l.c., 859-867; Id., Carta enc. Redemptor hominis (4 marzo 1979), 13-14AAS 71 (1979), 282-286.
[44] Cf. Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 12: l.c., 262-263.
[45] Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, 22.
[46] Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 13: l.c., 263-264.
[47] Cf. Discurso a los participantes en la IV Asamblea Eclesial Nacional Italiana (19 octubre 2006): L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (27 octubre 2006), pp. 8-10.
[48] Cf. Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 16: l.c., 265.
[49] Ibíd.
[50] Discurso en la ceremonia de acogida de los jóvenes (17 julio 2008): L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (25 julio 2008), pp. 4-5.
[51] Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 20: l.c., 267.
[52] Ibíd., 66: l.c., 289-290.
[53] Ibíd., 21: l.c., 267-268.
[54] Cf. nn. 3. 29. 32: l.c., 258. 272. 273.
[55] Cf. Carta enc.Sollicitudo rei socialis, 28: l.c., 548-550.
[56] Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 9: l.c., 261-262.
[57] Cf. Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 20: l.c., 536-537.
[58] Cf. Carta enc.Centesimus annus, 22-29: l.c., 819-830.
[59] Cf. nn. 23. 33: l.c., 268-269. 273-274.
[60] Cf. l.c., 135.
[61] Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, 63.
[62] Cf. Juan Pablo II, Carta enc.Centesimus annus, 24: l.c., 821-822.
[63] Cf. Id., Carta enc. Veritatis splendor (6 agosto 1993), 334651AAS 85 (1993), 1160. 1169-1171. 1174-1175; Id., Discurso a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (5 octubre 1995), 3: L’Osservatore Romano, ed. en lengua española
(13 octubre 1995), p. 7.
[64] Cf. Carta enc. Populorum progressio, 47: l.c., 280-281; Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 42: l.c., 572-574.
[66] Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Evangelium vitae, 18. 59. 63-64: l.c., 419-421. 467-468. 472-475.
[67] Cf. Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2007, 5: L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (15 diciembre 2006), p. 5.
[68] Cf. Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2002, 4-7. 12-15: AAS 94 (2002), 134-136. 138-140; Id., Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2004, 8: AAS 96 (2004), 119; Id., Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2005, 4: AAS 97 (2005), 177-178; Benedicto XVI, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2006, 9-10: AAS 98 (2006), 60-61; Id., Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2007, 5. 14: l.c., 5-6.
[69] Cf. Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2002, 6: l.c., 135; Benedicto XVI, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2006, 9-10: l.c., 60-61.
[70] Cf. Homilía durante la Santa Misa en la explanada de «Isling» de Ratisbona (12 septiembre 2006): L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (22 septiembre 2006), pp. 9-10.
[71] Cf. Carta enc. Deus caritas est, 1: l.c., 217-218.
[72] Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 28: l.c., 548-550.
[73] Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 19: l.c., 266-267.
[74] Ibíd., 39: l.c., 276-277.
[75]Ibíd., 75: l.c., 293-294.
[76] Cf. Carta enc. Deus caritas est, 28: l.c., 238-240.
[77] Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 59: l.c., 864.
[78] Cf. Carta enc. Populorum progressio, 40. 85: l.c., 277. 298-299.
[79] Ibíd., 13: l.c., 263-264.
[80] Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Fides et ratio (14 septiembre 1998), 85AAS 91 (1999), 72-73.
[81] Cf. ibíd., 83l.c., 70-71.
[82] Discurso en la Universidad de Ratisbona (12 septiembre 2006): L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (22 septiembre 2006), pp. 11-13.
[83] Cf. Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 33: l.c., 273-274.
[84] Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2000, 15: AAS 92 (2000), 366.
[85] Catecismo de la Iglesia Católica, 407; cf. Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 25: l.c., 822-824.
[86] Cf. Carta enc. Spe salvi (30 noviembre 2007), 17: AAS 99 (2007), 1000.
[87] Cf. ibíd., 23: l.c., 1004-1005.
[88] San Agustín explica detalladamente esta enseñanza en el diálogo sobre el libre albedrío (De libero arbitrio II 3, 8 ss.). Señala la existencia en el alma humana de un «sentido interior». Este sentido consiste en una acción que se realiza al margen de las funciones normales de la razón, una acción previa a la reflexión y casi instintiva, por la que la razón, dándose cuenta de su condición transitoria y falible, admite por encima de ella la existencia de algo externo, absolutamente verdadero y cierto. El nombre que San Agustín asigna a veces a esta verdad interior es el de Dios (Confesiones X, 24, 35; XII, 25, 35; De libero arbitrio II 3, 8), pero más a menudo el de Cristo (De Magistro 11, 38; Confesiones VII, 18, 24; XI, 2, 4).
[89] Carta enc. Deus caritas est, 3: l.c., 219.
[90] Cf. n. 49: l.c., 281.
[91] Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 28: l.c., 827-828.
[92] Cf. n. 35: l.c., 836-838.
[93] Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 38: l.c., 565-566.
[94] N. 44: l.c., 279.
[95] Cf. ibíd., 24: l.c., 269.
[96] Cf.  Carta enc. Centesimus annus36: l.c., 838-840.
[97] Cf. Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 24: l.c., 269.
[98] Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 32: l.c., 832-833; Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 25: l.c.,
269-270.
[99] Juan Pablo II, Carta enc. Laborem exercens, 24: l.c., 637-638.
[100] Ibíd., 15: l.c., 616-618.
[101] Carta enc. Populorum progressio, 27: l.c., 271.
[102] Cf. Congregación para la doctrina de la fe, Instr. Libertatis conscientia, sobre la libertad cristiana y la liberación  (22 marzo 1987), 74: AAS 79 (1987), 587.
[103] Cf. Juan Pablo II, Entrevista al periódico «La Croix», 20 de agosto de 1997.
[104] Juan Pablo II, Discurso a la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales (27 abril 2001): AAS 93 (2001), 598-601.
[105] Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 17: l.c., 265-266.
[106] Cf. Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2003, 5: AAS 95 (2003), 343.
[107] Cf. ibíd.
[109] Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 65: l.c., 289.
[110] Cf., ibíd., 36-37: l.c., 275-276.
[111] Cf. ibíd., 37: l.c., 275-276.
[112] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Apostolicam actuositatem, sobre el apostolado de los laicos, 11.
[113] Cf. Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 14: l.c., 264; Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 32: l.c.,
832-833.
[114] Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 77: l.c., 295.
[115] Cf. Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1990, 6: AAS 82 (1990), 150.
[116] Heráclito de Éfeso (Éfeso 535 a.C. ca. — 475 a.C. ca.), Fragmento 22B124, en: H. Diels — W. Kranz,  Die Fragmente der Vorsokratiker, Weidmann, Berlín 19526.
[117] Cf. Consejo Pontificio de Justicia y Paz, Compendio de la doctrina social de la Iglesia, nn. 451-487.
[118] Cf. Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1990, 10: l.c., 152-153.
[119] Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio, 65: l.c., 289.
[121] Cf. Discurso a los miembros de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (18 abril 2008): L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (25 abril 2008), pp. 10-11.
[122] Cf. Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1990, 13: l.c., 154-155.
[123] Id., Carta enc. Centesimus annus, 36: l.c., 838-840.
[124] Ibíd., 38: l.c., 840-841;cf. Benedicto XVI, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2007, 8: l.c., 6.
[125] Cf. Juan Pablo II, Carta Enc. Centesimus annus, 41: l.c., 843-845.
[126] Ibíd.
[127] Cf. Id., Carta Enc. Evangelium vitae, 20: l.c., 422-424.
[128] Carta Enc. Populorum progressio, 85: l.c., 298-299.
[129] Cf. Juan Pablo II, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 1998, 3: AAS 90 (1998), 150; Id., Discurso a los Miembros de la Fundación «Centesimus Annus» pro Pontífice (9 mayo 1998), 2: L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (22 mayo 1998), p. 6; Id., Discurso a las autoridades y al Cuerpo diplomático durante el encuentro en el «Wiener Hofburg» (20 junio 1998), 8: L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (26 junio 1998), p. 10; Id., Mensaje al Rector Magnífico de la Universidad Católica del Sagrado Corazón (5 mayo 2000), 6: L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (26 mayo 2000), p. 3.
[130] Según Santo Tomás «ratio partis contrariatur rationi personae» en III Sent d. 5, 3, 2; también: «Homo non ordinatur ad communitatem politicam secundum se totum et secundum omnia sua» en Summa  Theologiae, I-II, q. 21, a. 4., ad 3um.
[131] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, sobre la Iglesia, 1.
[132] Cf. Juan Pablo II, Discurso a la VI sesión pública de las Academias Pontificias (8 noviembre 2001), 3: L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (16 noviembre 2001), p. 7.
[133] Cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración Dominus Iesus, sobre la unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia (6 agosto 2000), 22: AAS 92 (2000), 763-764; Id., Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política (24 noviembre 2002), 8: AAS 96 (2004), 369-370.
[134] Carta Enc. Spe salvi, 31: l.c., 1010; cf. Discurso a los participantes en la IV Asamblea Eclesial Nacional Italiana (19 octubre 2006): l.c., 8-10.
[135] Juan Pablo II, Carta Enc. Centesimus annus, 5: l.c., 798-800; cf. Benedicto XVI, Discurso a los participantes en la IV Asamblea Eclesial Nacional Italiana (19 octubre 2006): l.c., 8-10.
[136] N. 12.
[137] Cf. Pío XI, Carta enc. Quadragesimo anno (15 mayo 1931): AAS 23 (1931), 203; Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus48: l.c., 852-854; Catecismo de la Iglesia Católica1883.
[138] Cf. Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terrisl.c., 274.
[139] Cf. Pablo VI, Carta Enc. Populorum progressio, 10. 41: l.c., 262. 277-278.
[140] Cf. Discurso a los participantes en la sesión plenaria de la Comisión Teológica Internacional (5 octubre 2007): L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (12 octubre 2007), p. 3; Discurso a los participantes en el Congreso Internacional sobre «La ley moral natural» organizado por la Pontificia Universidad Lateranense (12 febrero 2007): L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (16 febrero 2007), p. 3.
[141] Cf. Discurso a los Obispos de Tailandia en visita «ad limina apostolorum» (16 mayo 2008): L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (30 mayo 2008), p. 14.
[142] Cf. Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes  e Itinerantes, Instr. Erga migrantes caritas Christi (3 mayo 2004): AAS 96 (2004), 762-822.
[143] Juan Pablo II, Carta enc. Laborem exercens, 8: l.c., 594-598.
[144] Jubileo de los TrabajadoresSaludos después de la Misa (1 mayo 2000): L’Osservatore Romano, ed. en lengua española (5 mayo 2000), p. 6.
[145] Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Centesimus annus, 36: l.c., 838-840.
[147] Cf. Juan XXIII, Carta enc. Pacem in terrisl.c., 293; Consejo Pontificio Justicia y Paz, Compendio de la doctrina social de la Iglesian. 441.
[148] Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, 82.
[149] Cf. Juan Pablo  II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 43: l.c., 574-575.
[150] Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio41: l.c., 277-278; cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. past, Gaudium et spessobre la Iglesia en el mundo actual, 57.
[151] Cf. Juan Pablo II, Carta enc. Laborem exercens5: l.c., 586-589.
[152] Cf. Pablo VI, Carta apost. Octogesima adveniens29: l.c., 420.
[154] Cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Dignitas personae sobre algunas cuestiones de bioética (8 septiembre 2008): AAS 100 (2008), 858-887.
[155] Cf. Carta enc. Populorum progressio, 3: l.c., 258.
[156] Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spessobre la Iglesia en el mundo actual, 14.
[157] Cf. n. 42: l.c., 278.
[158] Cf. Carta enc. Spe salvi35: l.c., 1013-1014.
[159] Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio42: l.c., 278.

No hay comentarios:

Publicar un comentario