viernes, 16 de noviembre de 2018

Familiaris Consortio (Juan Pablo II) - Resumen partes 1 y 2

Familiaris Consortio (Juan Pablo II) 
Resumen de las partes 1 y 2



INTRODUCCIÓN (1-3)
- La Iglesia al servicio de la familia (1). 1
- El Sínodo de 1980 continuación de los Sínodos anteriores (2). 2
- El bien precioso del matrimonio y de la familia (3). 2

PRIMERA PARTE: LUCES Y SOMBRAS DE LA FAMILIA EN LA ACTUALIDAD (4-10). 2
- Necesidad de conocer la situación (4)
- Discernimiento evangélico (5). 2
- Situación de la familia en el mundo de hoy (6). 3
- Influjo de la situación en la conciencia de los fieles (7). 3
- Nuestra época tiene necesidad de sabiduría (8). 4
- Gradualidad y conversión (9). 4
- Inculturación (10). 4

SEGUNDA PARTE: EL DESIGNIO DE DIOS SOBRE EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA (11-16). 4
- El hombre imagen de Dios Amor (11). 4
- Matrimonio y comunión entre Dios y los hombres (12). 5
- Jesucristo, esposo de la Iglesia, y el sacramento del matrimonio (13). 6
- Los hijos, don preciosísimo del matrimonio (14). 7
- La familia, comunión de personas (15). 7
- Matrimonio y virginidad (16). 8


INTRODUCCIÓN (1-3)

La Iglesia al servicio de la familia (1)

La Familia ha sufrido, y está sufriendo más que ninguna otra institución.
Estamos viviendo un cambio epocal: transformaciones en la sociedad y la cultura.
Muchas familias permanecen fieles pero muchas otras se sienten perdidas, confundidas, desanimadas, o sin saber siquiera qué significa el matrimonio.
La Iglesia como madre y maestra, con esta exhortación desea dar una Palabra de luz y ánimo a las Familias cristianas. También a los jóvenes, de cara a casarse: mostrarle la belleza y la grandeza de la vocación al matrimonio (vocación al amor y al servicio de la vida).

El Sínodo de 1980 continuación de los Sínodos anteriores (2)

La familia cristiana tiene la misión de anunciar el Evangelio a sus hijos para llevarlos a la madurez (como hombres y cristianos), mediante la educación y las catequesis, y ayudarles a discernir su vocación.

El bien precioso del matrimonio y de la familia (3)

La Iglesia tiene el deber de Anunciar el Evangelio (la buena noticia) a los que están llamados al matrimonio y a los esposos y padres. Más aún, en este tiempo en que la familia quiere ser destruida.
Sólo con la aceptación del Evangelio se puede entender la vocación al matrimonio.
El matrimonio y la familia sólo se realizan en Cristo: con la gracia de Cristo que cura las heridas del pecado y los devuelve "al principio".

PRIMERA PARTE: LUCES Y SOMBRAS DE LA FAMILIA EN LA ACTUALIDAD (4-10)


Necesidad de conocer la situación (4)

La iglesia, debe esforzarse por conocer el contexto dentro del cual matrimonio y familia se realizan hoy, para llevarles el anuncio del Evangelio a las familias, las cuales están llamadas a acoger y a vivir el proyecto de dios sobre ellas.
A las familias, a través de los medios, se les ofrecen perspectivas y propuestas seductoras, pero que comprometen la verdad y la dignidad de la persona humana y que ponen sutilmente en peligro la libertad y la capacidad de juzgar con objetividad.
La iglesia, con su discernimiento evangélico, está llamada a hacer un servicio a la verdad, libertad y dignidad.

Discernimiento evangélico (5)

Hace falta un discernimiento evangélico: orientaciones para salvar y realizar la verdad y la dignidad plena del matrimonio y de la familia. Un discernimiento desde la Fe (don del espíritu santo) y la investigación sociológica y estadística,
-       para buscar la verdad (que no siempre coincide con la opinión de la mayoría).
-       para asegurar que Iglesia permanezca en la verdad de Cristo,
-       para avivar la fe en todos los fieles,
-       para valorar y juzgar con autoridad la autenticidad de expresiones de la Iglesia y educar a los creyentes para un discernimiento evangélico.

Situación de la familia en el mundo de hoy (6)

Aspectos positivos y aspectos negativos en la familia del año 1981:
Positivos (signos de la salvación de Cristo operante en el mundo):
-       más conciencia de la libertad personal
-       mayor atención a la calidad de las relaciones interpersonales en el matrimonio
-       mayor atención a la promoción de la dignidad de la mujer
-       mayor atención a la procreación responsable
-       mayor atención a a la educación de los hijos
-       más conciencia de la necesidad de desarrollar relaciones entre las familias, en orden a una ayuda recíproca espiritual y material, al conocimiento de la misión eclesial propia de la familia y a su responsabilidad en la construcción de una sociedad más justa
Negativos (signos del rechazo del hombre al amor de Dios; degradación de valores fundamentales):
-       equivocada concepción de la independencia de los cónyuges entre sí
-       graves ambigüedades acerca de la relación de autoridad entre padres e hijos
-       dificultades en la transmisión de los valores en la familia
-       cada vez mayor número de divorcios
-       la plaga del aborto
-       cada vez más esterilización
-       instauración de una mentalidad anticonceptiva
En la base está la corrupción de la idea y de la experiencia de la libertad mal concebida: no como la capacidad de realizar la verdad del proyecto de dios sobre el matrimonio y la familia, sino como una fuerza autónoma de autoafirmación (en orden al propio bienestar egoísta).
En los países del Tercer Mundo a las familias les faltan muchas veces los medios fundamentales para la supervivencia (alimento, trabajo, vivienda, medicinas, las libertades más elementales).
En los países más ricos, el excesivo bienestar y la mentalidad consumista, unida a la angustia e incertidumbre ante el futuro, quitan a los esposos la generosidad y la valentía para tener hijos; la vida se ve como un peligro del que hay que defenderse y no como una bendición.

Influjo de la situación en la conciencia de los fieles (7)

Viviendo en un mundo así, bajo tantas presiones (sobre todo de los medios de comunicación), los valores fundamentales de los fieles muchas veces se oscurecen y no se tiene una conciencia crítica.
Entre los signos más preocupantes entre los fieles (año 1981) se señalan:
-       el divorcio y las nuevas uniones
-       la aceptación del matrimonio civil
-       casarse sin fe
-       el rechazo de las normas morales en el ámbito de la sexualidad dentro del matrimonio

Nuestra época tiene necesidad de sabiduría (8)

Para conducir a los hombres a una relación con Dios más plena, es necesario la sabiduría  que viene de Dios para un «Nuevo humanismo»,
-       Para evangelizar la nueva cultura emergente
-       Para que se reconozcan los verdaderos valores,
-       Para que se defiendan los derechos del hombre y de la mujer
-       Para que se promueva la justicia en las estructuras mismas de la sociedad.
Para ello es necesario recuperar la conciencia de la primacía de los valores morales (valores de la persona humana en cuanto tal) y volver a comprender el sentido último de la vida.
Sólo así se podrá dar un uso adecuado a la ciencia, un uso orientado como fin a la promoción de la persona humana en toda su verdad, en su libertad y dignidad. La ciencia está llamada a ser aliada de la sabiduría para humanizar los nuevos descubrimientos, de otra manera el destino futuro del mundo corre peligro.

Gradualidad y conversión (9)

El pecado en el mundo y sus consecuencias, obstaculiza la plena realización de la familia.
Ante eso: convertirnos; conversión de la mente y del corazón, siguiendo a Cristo crucificado en la renuncia al propio egoísmo: eso influirá renovando incluso las estructuras de la sociedad.
Se pide una conversión continua y permanente, que exija el rechazo interior de todo mal y la adhesión al bien. Es necesario para ello un proceso dinámico, paso a paso, gradual y progresivo, un camino pedagógico de crecimiento con el fin de que partiendo de lo recibido, el hombre sea conducido pacientemente.

Inculturación (10)

La aceptación, según la tradición constante de la Iglesia, de todo aquello que las culturas de los pueblos puedan ofrecer y que está en condiciones de expresar mejor las inagotables riquezas de Cristo (sabiduría humana, valores morales).

SEGUNDA PARTE: EL DESIGNIO DE DIOS SOBRE EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA (11-16)

El hombre imagen de Dios Amor (11)

Dios es amor y vive en sí mismo un misterio de comunión personal de amor.
Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza por amor y para el amor y ha inscrito en él la vocación al amor y la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión.
El AMOR es por tanto la VOCACIÓN FUNDAMENTAL e innata de todo ser humano.
El hombre está llamado al amor en esta su totalidad unificada (cuerpo y espíritu).
Hay DOS MODOS REVELADOS PARA LA REALIZACIÓN INTEGRAL DE LA VOCACIÓN AL AMOR: el MATRIMONIO Y LA VIRGINIDAD: la una como la otra son una concretización de la verdad más profunda del hombre, de su «ser imagen de dios».
En consecuencia, la SEXUALIDAD, mediante la cual el hombre y la mujer se dan uno a otro con los actos propios y exclusivos de los esposos, no es algo puramente biológico, sino que afecta al núcleo íntimo de la persona humana en cuanto tal.
-    La sexualidad se realiza de modo verdaderamente humano, solamente cuando es parte integral del amor con el que el hombre y la mujer se comprometen totalmente entre sí hasta la muerte.
-       La donación física total  es signo y fruto de una donación en la que está presente toda la persona, hasta la muerte, sin reservas (de otra manera sería una donación engañosa).
El único «lugar» que hace posible esta donación total es el MATRIMONIO:
-       Pacto de amor conyugal o elección consciente y libre
-    Entre hombre y mujer que aceptan la comunidad íntima de vida y amor, querida por Dios mismo
-       Confirmado públicamente como único y exclusivo
-    Para vivir la plena fidelidad al designio de dios creador; esta fidelidad, lejos de rebajar la libertad de la persona, la defiende contra el subjetivismo y relativismo, y la hace partícipe de la sabiduría creadora

Matrimonio y comunión entre Dios y los hombres (12)

La comunión de amor entre Dios y los hombres es el contenido fundamental de la revelación y de la experiencia de Fe de Israel.
El vínculo de amor entre los esposos es imagen y símbolo de la alianza que une a Dios con su pueblo. Y el pecado contra el pacto conyugal es imagen de la infidelidad del pueblo a Dios (la idolatría como prostitución, la infidelidad como adulterio, la desobediencia a la ley como abandono del amor esponsal del Señor.
Pero Dios permanece siempre fiel frente a la infidelidad de Israel, y este amor siempre fiel de Dios se pone como ejemplo de las relaciones de amor fiel que deben existir entre los esposos.

Jesucristo, esposo de la Iglesia, y el sacramento del matrimonio (13)

La comunión entre Dios y los hombres se cumple definitivamente en Jesucristo, el esposo, que ama y se da como salvador de la humanidad, uniéndola a sí como su cuerpo.
Jesucristo REVELA la verdad original del matrimonio, (la verdad del «principio») y, liberando al hombre de la dureza del corazón, lo CAPACITA para realizarlo plenamente.
Esta VERDAD REVELADA es:
-       Por amor al hombre, el verbo de Dios asume la naturaleza humana, y se sacrifica en la cruz por su esposa, la iglesia. En este sacrificio se desvela enteramente el designio que Dios ha impreso en el hombre y la mujer desde la creación. El matrimonio cristiano se convierte así en el SÍMBOLO REAL DE LA NUEVA Y ETERNA ALIANZA, sancionada con la sangre de Cristo.
CÓMO CAPACITA AL HOMRE:
-       El Espíritu que infunde el Señor renueva el corazón y hace al hombre y a la mujer capaces de amarse como Cristo nos amó: la caridad conyugal, que es el modo propio y específico con que los esposos participan. Los esposos están llamados, en el Espíritu, a vivir la misma caridad de Cristo que se dona sobre la cruz: amarse como Cristo ama a la iglesia.
Tertuliano habla de la felicidad del matrimonio cristiano
-       que la iglesia favorece, la ofrenda eucarística refuerza, y la bendición sella…
-       donde los dos fieles están unidos en una sola esperanza, en un solo propósito, en una sola observancia
-       ambos son hermanos y los dos sirven juntos;
-       no hay división ni en la carne ni en el espíritu. son dos pero son una sola carne y un solo espíritu
El matrimonio cristiano es uno de los 7 sacramentos de la nueva alianza (sacramento: “medio para ser santo”  = mysterium: signo escondido que anuncia al hombre la salvación de dios en cristo, la santificación del hombre).
Los esposos son testigos de la Salvación, de la que el sacramento les hace partícipes. Así como mediante el bautismo, el hombre y la mujer son insertados indestructiblemente en la nueva y eterna alianza (en la alianza esponsal de cristo con la iglesia, comunidad íntima de vida y de amor conyugal), los esposos quedan vinculados uno a otro indisolublemente. SU RECÍPROCA PERTENENCIA ES REPRESENTACIÓN REAL, MEDIANTE EL SIGNO SACRAMENTAL, DE LA MISMA RELACIÓN DE CRISTO CON LA IGLESIA.
En el matrimonio cristiano, los esposos participan en la vida de Cristo de manera específica:
ü  el amor conyugal comporta una totalidad en la que entran todos los elementos de la persona (reclamo del cuerpo y del instinto, fuerza del sentimiento y de la afectividad, aspiración del espíritu y de la voluntad)
ü  mira a la unidad. un solo corazón y una sola alma;
ü  exige la indisolubilidad y fidelidad de la donación reciproca definitiva
ü  se abre a la fecundidad

Los hijos, don preciosísimo del matrimonio (14)

El matrimonio es el fundamento de la familia.
EL AMOR ES ESENCIALMENTE DON.
Y el amor conyugal, a la vez que conduce a los esposos al recíproco «conocimiento» que les hace «una sola carne», no se agota dentro de la pareja (la donación entre sí), sino que los CAPACITA PARA LA MÁXIMA DONACIÓN POSIBLE (la donación más allá de sí mismos), ser cooperadores de Dios en el don de la vida (los hijos).
Los HIJOS son:
-       reflejo viviente del amor entre los esposos
-       signo permanente de la unidad conyugal
-       síntesis viva e inseparable del padre y de la madre
-       Don recibido de Dios que conlleva nueva responsabilidad: su amor paterno está llamado a ser para los hijos el signo visible del mismo amor de Dios
CUANDO LA PROCREACIÓN NO ES POSIBLE: no por esto pierde su valor la vida conyugal. La esterilidad física puede dar ocasión a los esposos para otros servicios importantes a la vida de la persona humana (adopción, obras educativas, ayudar a otros…)

La familia, comunión de personas (15)

El matrimonio y la familia cristiana edifican la iglesia:
-       Así como la persona es engendrada y progresivamente introducida, mediante la educación, en la comunidad humana,
-       De la misma manera, mediante la regeneración por el bautismo y la educación en la fe, la persona es introducida también en la familia de Dios, que es la Iglesia.
El matrimonio cristiano, -partícipe de la eficacia salvífica de la muerte y resurrección de Jesucristo que reconstruye a la humanidad herida por el pecado-, constituye el lugar natural dentro del cual se lleva a cabo la inserción de la persona humana en la gran familia de la Iglesia.
El mandato de crecer y multiplicarse, dado al principio al hombre y a la mujer, alcanza de este modo su verdad y realización plenas.

Matrimonio y virginidad (16)

La virginidad y el celibato por el reino de dios no sólo no contradicen la dignidad del matrimonio, sino que la presuponen y la confirman.
El matrimonio y la virginidad son dos modos de expresar y de vivir el único misterio de la alianza de dios con su pueblo: la donación en el amor.
Cuando no se estima el matrimonio, no puede existir tampoco la virginidad consagrada; cuando la sexualidad humana no se considera un gran valor donado por el creador, pierde significado la renuncia por el reino de los cielos.
-       En la virginidad la persona se da totalmente a la iglesia. La persona virgen anticipa así en su carne el mundo nuevo de la resurrección futura.
-   La virginidad hace libre de modo especial el corazón del hombre, «hasta encenderlo mayormente de caridad hacia dios y hacia todos los hombres».
-       La virginidad testimonia que el reino de Dios y su justicia son la perla preciosa que se debe preferir a cualquier otro valor aunque sea grande, es más, que hay que buscarlo como el único valor definitivo.
-       La persona virgen se hace espiritualmente fecunda, padre y madre de muchos, cooperando a la realización de la familia según el designio de Dios.
La fidelidad de las personas vírgenes incluso ante eventuales pruebas, edifica también  la fidelidad de los esposos.


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